La alambrada

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Darly subía su caballo tan fasil como una ardilla que trepa un árbol mientras que yo tenia que impulsarme para poder subir en iglesia. Darly me veía con cierta diversión en su rostro al verme subir al caballo entonces yo le lance una mirada asesina.

-que te pasa no es gracioso- le espete con algo de enojo, si algo me molestaba era que se burlaran de mi tamaño.

-Vamos sara te apuesto mi mesada a que no me ganas en una carrera- me dijo darly

-hacia donde?- pregunte con ancia de humiyar a mi hermano mayor.

-de aquí hacia la alambrada-.

Podia recordar aquella muralla de cables gruesos de un colo plata un poco alto para impedir que las fieras entrarán al pueblo en busca del ganado de los granjeros, mi tio tenía cientos de becerros en una granja que me encantaba jugar todos las tardes con darly, yo tenía como unos 8 años y el 10 años, una mañana de domingo todo estaba tan tranquilo hasta que escuchamos unos aullidos de lobos mi tio salió corriendo con un rifle, me dijo que nos quedáramos en nuestras habitaciones lo que no sabe es que jamas hacemos caso, me acerque a una ventana de la granja a lo lejos podia ver unos ojos amarillentos llenos de odio, hambre, agotamiento, pero no nos atacaron se fueron después de escuchar el primer disparo de algo estaba segura no tenia miedo.

-Vas a perder hermanito- le enseña la lengua y empecé a contar

-uno, dos, tres- sali disparada del lugar donde me encontraba podia sentir como el viento me golpeaba las mejillas tan suave y cálido como siempre ha sido, el olor del bosque seguía siendo encantador haci aparte esos pensamientos al ver que darly me rebasó a gran velocidad con caminante intente alcanzarlo pero sabia que no iva a ganarle ya solo faltaba bajar la colina para llegar a la alambrada y llegar a casa, era ahora o nunca tenía la oportunidad de ganar no dude ni un segundo acelere el paso pero iglesia se resbalaba y tambaleaba pero no me caí, aun haci darly me gano, su sonrisa decía lo satisfecho que estaba con sigo mismo el enarcar las cejas justo cuando caminante trotaba con felicidad.

-Bien sara te he ganado- su vos seguía siendo suave y serena.

-sabes quien hizo esto antes de la apuesta?-pregunto

Darly se pasaba las manos por sus cabellos echando la cabeza de lado -soy sara y te voy a ganar hermanito- su voz era muy aguda -soy sara..sara..sara-

-¡ya basta!- le dije con cierta diversión y le di una palmada en el hombro

-vamonos a casa- le dije con tanta amabilidad. Entonces el asintió y comenzamos a seguir el camino a nuestro hogar.

Destino de hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora