Del odio al Amor

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Audrey & Taylor.

Audrey

Los gritos desde la habitación de Taylor se escucha hasta la cafetería, tengo miedo, miedo de que le este pasando algo, no me han querido dejar verlo y eso me desespera.

"¿Por que no me dejan verlo?"

"¿Eso no es un delito?" Por qué, si es así, los voy a demandar.

Lo quiero ir a ver pero no me dejan ...

¿Cuantos años me darán por matar a un medico?

No, no puedo, necesito ver a mi marido pero si mato al medico que no me deja verlo, ahora si que no podre verlo para siempre ya que me meterán presa.

"¿Qué estoy pensando?" por dios, Audrey, no eres una asesina.

-Audrey, cariño. - Payton viene con los ojos llorosos - Esta preguntando por ti.

-¿Ya puedo ir a verlo? - un ápice de esperanza me atraviesa.

- El medico dice que no - toda mi esperanza se va - Pero ya Williams hablo, movió sus influencias, conoce al dueño del hospital y consiguió que puedas verlo un momento.

Yo amo a mi suegro...

Dejo el vaso de café que tenia en la encimera de la cafetería y le doy un beso en el cachete a mi suegra, tengo que alzarme de puntitas, es mucho mas alta que yo. Al separarnos me dispongo a ir por Taylor pero ella me toma de la muñeca y me detiene.

- Aun no te he pedido que te vallas - Me dice seria y con autoridad, a pesar de estar cansada y con muy poca alimentación, se la ve igual de hermosa que siempre, no pierde su elegancia y porte a la hora de hablar y ahora que me mira así me da miedo, nunca me ha hablado sin darme una sonrisa, no importa la situación que estemos, ella siempre me da una sonrisa - Escuchame bien, Camille.

uy se jodió me llamo por mi segundo nombre, eso no va bien.

-Dime, Payton.

- La única condición es que después que calmes a Taylor, y a ti misma, regreses a la habitación para que te terminen de revisar. - Intento hablar pero ella levanta el dedo índice para que me calle - ¡No acepto un no por respuesta! - sentencia - Apenas y dejaste que te limpiaran la sangre y eso no tiene por que ser así.

- Bien - me doy por vencida - ¿Puedo irme ya?

Ella asiente y me hace seña de que me valla y hasta el ultimo momento me mira seria como si dijera " No me desobedezcas". Su regaño me lo tengo bien merecido, desde que llegamos al hospital lo único que hecho es llorar y negarme a que me den los cuidados necesarios mientras pido que me dejen ver a mi marido, cuando me sedaron lograron limpiarme, cambiarme de ropa y tomar muetsras de sangre para hacerme exámenes, me levante poco despues y me desconecte de los sueros rogando ver a mi marido, ahora me siento mal por mis suegros y mi papá, ellos estaban preocupados.

-Es jodidamente ridículo - La voz de Taylor hace eco por el pasillo - Es mi mujer, tengo derecho a saber cómo está y verla.

-Ella está bien, ya se lo dije - La voz de la enfermera aparece - Ella vino menos herida que usted, está fuera de peligro, usted debe descansar, señor Rogers.

Del odio al amor (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora