Capítulo 2: Literalmente, su tonada cambió mucho.

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Se usa mucho la palabra "no" para un fin de cosas. Cómo cuando le decíamos: "La princesa del No". Pero ahora, tú solamente la usas para negar la vida que te provocaste.
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Viernes 05 de Junio de 2026
02:54 AM.

El aire congelante que soplaba en medio de la carretera era lo suficientemente frío para mantener despierta a Luna. También estaban sus pensamientos, y todo lo que la llevó a este punto en última instancia; parecían una película de mala calidad, mismas que solamente en ciertos países triunfan.

Bastó una simple llamada a Sophie con la noticia que, por fin, iba a hacer uso de sus vacaciones a partir de ese mismo instante, lo que provocó un gritó de felicidad en la mencionada y que jurara que no debía preocuparse, pues ya había encontrado quien la cubriera desde hace mucho tiempo, únicamente para este momento. Una preocupación menos.

Luego estaban sus padres. Fue otra larga charla por el teléfono, tan extensa como lo fue en persona. En esta última conversación, ella explicó todo lo relacionado con el contenido del USB. Hubo lágrimas por parte de ellos al saber que su hijo quería volver a reconectarse con la familia; pensaban que jamás lo volverían a ver. Esto fue motivo suficiente para que se comprometieran en ayudar en la medida de lo posible. Ayuda que tenía forma de reparar la antigua casa de los Loud para darle bienvenida al miembro perdido, o más bien prófugo, de la familia.

Sin embargo, tal cual lo hacían los pequeños recién descubiertos pajaritos de cuatro alas que volaban alrededor de la luz lunar a la altura que la atmósfera empezaba a terminar, ella aún tenía revoloteando en su cabeza el encuentro con su hermana deportista: la encargada de iniciar las desgracias de la familia Loud. ¿O quizá ella solo fue el empujón que necesitaban para desatar todas sus locuras?

«Lynn Jr: De ningúna manera voy a reunirme con la Mala Suerte. Sí fuera tú, terminaría con él de una buena vez.»

«Luna: ¿No has cambiado nada?»

«Lynn Jr: Yo no olvidé quién fue la persona que nos arruinó.»

No podía mentir al decir que le dolía la condición de Lynn, pues aún con todo lo que ella hizo, seguía siendo su hermana menor. Misma que se encerró en una espiral de negación y odio contra Lincoln sin tener un motivo aparente.

Dar con ella no fue difícil; al igual que Luna, Lynn seguía viviendo en Royal Woods, aunque no de la manera tradicional. Mientras sus padres y algunas de sus hermanas fueron reprendidas por las autoridades, Lynn estuvo huyendo y ocultándose de la misma, negándose a aceptar su culpa, quizá fue por eso que aún seguía creyendo en todo ese asunto. El tiempo que su familia estuvo tras las rejas, fue suficiente para reflexionar sobre todo el mal que hicieron; al menos, así le gustaría pensar a ella sobre sus demás hermanas al ver que sus padres si lo hicieron.

Si Luna no fue a parar a la cárcel, fue gracias a Lincoln, que le suplicó al abuelo que no hiciera nada contra ella cómo si lo hizo con los demás. No se lo dijeron, pero lo sabía. A pesar de no llevarla con ellos como si lo hizo con Leni, Lucy, Lana y Lily, después de un tiempo que vivieron con ella, Albert tuvo la desdicha de dejarla en libertad. Misma libertad que fue arrebatada por su constante culpa que trabaja sin descanso en recordarle todo lo malo que hizo.

Aunque tratara de mantener su mente ocupada, seguía sintiendo la sensación de que todo esto era su culpa, y solo de ella. Cómo todas las noches, este era el momento que su conciencia le recordaba todos sus fallos y como estos mismos la llevaron a su miserable vida que vivía. Era, literalmente, un peligro que se dejara llevar por esta mentalidad, pues estaba conduciendo, pero tal vez, solo tal vez, le daría esta victoria a su mente y pisaría a fondo el acelerador para hundirse en el lago que tenía a un costado de la carretera.

The Loud House: Hermanos Hasta el Fin. (Luna Loud)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora