The Loud House: Hermanos Hasta el Fin. (Luna Loud)

Capítulo 8: Música vodevil y música clásica, tan iguales como diferentes.

Recuerdo que ella fluía como el lodo y ahora la veo atascada. ¿Estás orgullosa de eso? Al final de todo, tú la metiste en esto
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Sábado 20 de Junio de 2026.
Mud, Nuevo México.
Local: "Quality and Quantity".
9:21 AM.

La oscuridad a su alrededor era densa, tanto como lo fué en sus días más negros. Pero había algo diferente, especial, podía ver a la perfección muchas cosas que no había visto, o se había empeñado en no ver.

Después de la charla con la mayor de los hermanos Ross, le quedó muy iluminada la idea de que su tormento ya había llegado a un final, y si no era así, pronto debía hacerlo. Se puso a pensar en todo lo que había sucedido en su vida, puesto que de eso mismo trató la conversación en sus últimos momentos.

La forma en que, junto a gran parte de su familia, lastimó a Lincoln de una manera que no debió suceder nunca. También pensó en como fue ella misma quien hizo lo imposible para que él estuviera a salvo, aunque eso significó la vida de desgracias que se cernió sobre todos ellos. Se encargó de sobrellevar todo ese tiempo que fácilmente pudo doblegar a cualquiera. Si bien, en más de una ocasión estuvo a nada de hacerlo, se repetía que debía seguir adelante.

Se prometió a si misma no volver a fallar y acabar con su vida, pues hacer eso implicaría fallarle a las pocas que la habían apoyado; además de fallarse a si misma.

Al final, algunas de las palabras de Beth resonaron en sus oidos: debía dejar de sentir que no se merecía lo que había conseguido hasta ahora, porque era todo lo contrario. Todo lo que logró lo había hecho por mano propia desde el principio, con ayuda o no, todo fue conseguido por su mera determinación, quien la impulsó a hacer las cosas bien y no rendirse cuando tenía a todos y todo en contra suya. Ella nadó contra la corriente en un rio que no parecía tener fin, y entre bien y mal, logró aferrarse a un punto que decía prometerle un descanso de tan laboriosa tarea.

Ahora, únicamente le restaba reunir a sus dos últimas hermanas, que eran tan parecidas como diferentes la una de la otra. No le preocupaba mucho una de ellas. Lana debería ser más tratable en cuanto al tema de reunirse con Lincoln era lo central, pero Lola era una cara totalmente opuesta.

Estaba segura que ella aún seguía siendo esa niña, ahora adolescente, manipuladora y que solo se preocupa por su bienestar y sus caprichos. Ya la habían intentado cambiar antes y no lo habían conseguido, pero ¿Quien sabe? Ahora que Lisa había metido mano, una que otra sorpresa podía estar esperando.

Sam: ¿Creen que estemos haciendo lo correcto? —Su situación era comprometedora en varios aspectos.

Luna: Ésto está lejos de ser lo correcto.

Mazzy: ¡Pero es lo justo! —Sonaba furiosa.

George: Cállense y sigan viendo que nadie esté cerca. —Ordenó—. Mazzy, alumbra bien.

La luz que había en el cuarto era poca. Únicamente, lo que tenían para alumbrar su campo de visión, eran las pequeñas luces intermitentes que los botones de las enormes y estorbosas consolas emitían. Más allá de eso, estarían en total oscuridad de no ser por las linternas que sus celulares cargaban consigo. Obviamente, una persona que no esté capacitada o que no trabaje en el lugar no debería estar en aquel espacio, pero como mencionó Mazzy, esto se trataba de hacer justicia. ¿O quizá era venganza?

Luna: ¿Cuánto falta?

George: Ya corté y uní los cables para aislar el voltaje, y redirigí la corriente hacía nuestra área. Si todo lo hago bien, porque así lo haré, debería poder hacer un reseteo total al sistema y ganar acceso. —Palabras que solo él entendió.