Si dos almas interaccionan entre ellas por un tiempo determinado y luego son separadas, ambas se pueden describir como seres distintos pero de una forma sutil se convierten en una sola alma, única.
Lo que le ocurre a uno le sigue afectando al otro...
-¡No entiendo porque deseas traerme a entrenar!- haciendo un puchero dejaba ver su molestia con las decisiones que se tomaron para él - siempre me están diciendo que hacer, que decir, ¡esto no es justo!- levantó el polvo con sus pies, mientras pateaba las pequeñas piedras, en su impaciente espera en la puerta del campo de entrenamiento.
-¡Te quejas demasiado Kim Taehyung!, tu padre lo ordena, pronto serás el señor de las cinco colinas rojas, necesitas conocimiento y dejar de refunfuñar- le contestan con un tono fuerte su maestre, amigo de su padre y maestro desde su nacimiento y encargado de darle todas las herramientas físicas, mentales y emocionales para cumplir con su papel como futuro Rey Omega de la tribu de los lobos blancos de las colinas- Tienes un lugar, gracias a la reputación que nos precede, espero no vayas a cometer ninguna travesura, no te queda- Lo miro de reojo mientras el militar en la puerta les daba el ingreso al campo.
Caminaron bajo el umbral de la gigantesca puerta, encaminado se por el sendero, pasando soldados que blandían su espada de entrenamiento contra otros, contra caballetes de madera, gritando, sudando, luchando, cantando arengas, mientras dejaban sus cuerpos con grandes signos de lucha, como emblemas o trofeos, sus heridas a la vista, la mayoría causada en el calor de la guerra, toda una galería de guerreros.
Su paso fue algo rápido, necesitaban llegar a la carpa principal, ubicada en el centro, con todos los capitanes y el general, recibiendo honores y respeto de los nuevos aprendices.
-No se te olvide que debes actuar como un alfa, no puedes decirle a nadie que eres un Omega- le hablaba cerca del oído, para que nadie más escuchara - cuida que nadie lo sepa, te pondrías en peligro- Miro al frente para poder ingresar - Tae - susurra el maestre SeoJoon- él General Jeon JungHyun, es muy estricto, es radical en su disciplina, sus conocimientos, su sabiduría es amplia...-soltó el aire de sus pulmones - es grande entre los grandes, Tae- lo miró un instante, antes de ser guiados al interior de la carpa.
Antes de cruzar la puerta, el maestre SeoJoon ya había cambiado el aspecto del nuevo aprendiz, y el su nombre, uno que le ayudara con su apariencia de alfa, Vante, así se llamará de ahora en adelante, pasó desapercibido para los demás soldados, aunque él sabe muy bien que el General JungHyun es diestro en poder y esencia de lobos, confiaba en que sus antiguos tratos no lo delataran.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los nuevos aprendices se forman en orden de llegada, justo cuando Tae tomaba su lugar, alguien lo empujó para quedar de último.
-¿Qué demonios te pasa?- Resopló mientras devolvía el empujón.
-Te mueves lento- Le contestó el chico que se acomodaba a su lado, con una sonrisa altiva - aquí te mueves o te mueres, niñito... ¡aprende!- gruño tomando nuevamente su lugar.
-Eres un pendejo- murmuró, sacudiendo la ropa, como si el solo toque lo hubiera llenado de arena, ya sabia quien seria una molestia.
Estaba hasta el final de las filas, el sol ya empezaba a calentar y la inclinación de los rayos, empezaban a toparse con su campo visual, generando esa molestia, entrecerrando los ojos para poder focalizar la tarima al frente suyo.
