Si dos almas interaccionan entre ellas por un tiempo determinado y luego son separadas, ambas se pueden describir como seres distintos pero de una forma sutil se convierten en una sola alma, única.
Lo que le ocurre a uno le sigue afectando al otro...
El camino se hizo largo y complicado, pues no me encontraba en mis cinco sentidos, no tenia orientación, el lugar era desconocido y todo parecía ser una trampa, soy un tonto por confiar en la omega.
<Voy a morir, fácilmente, por confiado, Binnie tenía razón... se va a reír de mí, cuando me encuentre>, seguía a la omega por los caminos cruzados que me guiaba, esto sería realmente mi fin y todo lo que me había dicho Soobin, serán solo palabras del recuerdo.
-Llegamos, mi hermano está en la laguna- Hwasa señaló las rocas que bordeaban el agua -mi hermano, nos va ayudar-. Siguió caminando agazapada para que solo su hermano pudiera verla -Sígueme- la seguí, con todo lo que eso conlleva, miedo, torpeza y más que nada estupidez.
-Escóndete- me aparto del camino con una mano, unos guardias se acercaron, ella salió al paso para hablarle.
-¿Qué hacen aquí?- gritó parándose al frente de ellos, tapando donde me había resguardado.
-¡Princesa!, solo estamos haciendo la ronda- contestó uno de los tres soldados, mientras hacían una reverencia.
-Ya terminaron- Levantó una mano indicando que debían marcharse.
-Nos retiramos, princesa- pusieron su mano en el pecho, reverenciado, se marcharon.
-Ya puedes salir- se retiró dando me paso para seguir caminando hasta donde están las rocas, cuando sentí un empujón dejándome bajo el agua de la laguna.
¡Qué demonios pasa con el agua y mi existencia!
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Me removía con violencia, me estaba ahogando, solo seguía hundiéndome, mi aire salía por la boca y la nariz, realmente pensé en mi fin. Casi perdí la conciencia cuando sentí unos brazos alrededor de mi cintura y una boca en la mía, pasándome aire, mis ojos se abrieron y...
-¡Cof, cof!- me encontraba tosiendo al borde del lago, escupiendo el agua que había tragado en mi intento de salir a la superficie, alce la mirada cuando sentí una mano acariciando mi espalda, mis ojos abiertos de par en par, mi aliento volviendo poco a poco y esa extraña sensación que se alojo en mi pecho e hizo que mi corazón latiera un poquito rápido, solo un poquito. Pase saliva para poder poner en orden mis pensamientos.
-¿Quién... cof.. es usted?- lo mire a sus hermosos ojos, tenía sus cabellos húmedos pegados a su rostro, su nariz, su boca, todas perfectas y alineadas, tiene una hermosa sonrisa y mi corazón, seguía aumentando sus latidos, de a poquito.
-Yo... pues... Yo soy HoSeok, Segundo lobo de casta de los lobos rojos de las montañas- lleno su pecho de orgullo mientras recitaba esas palabras -y tu pequeño alfa, ¿quien eres?- su mirada seguía fija en mí, bajaba su mirada desde mis ojos hasta mi boca, yo solo pasaba saliva, mientras deseaba algo que mi lobo nunca había deseado.
