La constante del cambio -juantin

1. HOY SERÁ DIFERENTE

JUANJO

El bolo de hoy me da un poco de vértigo. Es el primero en el que voy a cantar la canción que compuse hace dos años en el tren de camino a Zaragoza, justo después de lo que fue fácilmente el peor día de mi vida. Pero quiero hacerlo, por fin creo que soy capaz, y también considero que es una buena forma de pasar página definitivamente.

Estoy harto de estar triste por mucho que intente lo contrario, de levantarme y buscar su cuerpo a mi lado y encontrarme solo, de ver las películas antiguas que tanto le gustaban y no tenerle para molestarle con mis comentarios y que termine callándome con un beso...estoy cansado de sentirme cansado.

Además, es una gran oportunidad para mi carrera, porque habrá jornada de puertas abiertas, como una exposición de pequeños artistas, como yo, y quién sabe si algún productor querrá explotar un poco más mi talento, aunque hoy estaba considerado el mainstream. Y no os confundáis, estoy en paz y contento con mi carrera. El boom de Operación Triunfo pasó hace mucho y muchos soñaron a lo grande y lo consiguieron, y, sinceramente, no fui uno de ellos.

Fui muy reconocido al inicio por el tema de mi relación con Martin, pero con el tiempo nos convertimos en líneas perpendiculares: él no paró de subir como la espuma y hoy en día se mantiene ahí, algo que, a decir verdad, nunca dudé, y yo fui hacia abajo más rápido de lo que me gustaría admitir. Al inicio me molestó, porque creía contar con un público muy numeroso, pero con el tiempo entendí que no me hacían falta esos números, si no la fidelidad de los que tengo ahora. Los que no se pierden ningún concierto, vitorean mis canciones dejándose la voz y lloran con la mano pegada al corazón, sintiendo la letra. El hecho de dejar de tener a la prensa persiguiéndome a todos lados también me alivió, nunca llegué a acostumbrarme del todo.

Me daba dinero para comer y vivir bien, sin excesos, pero sin que me falte de nada. Y, teniendo en cuenta el precio del alquiler de los pisos de Madrid...llegar tranquilo a fin de mes era todo un regalo.

Por otra parte, estaba contento porque estrenaba traje. Bea me había pasado el contacto no hace mucho de un chico muy majo que hacia ropa algo alternativa, y de vez en cuando le gustaba hacerme pequeños arreglos para que los luciese en mis conciertos y darse a conocer de esta forma.

Cuando estaba terminando de atarme los cordones de los zapatos escuché el timbre de mi apartamento, y tras mirar el reloj bufé. Otra vez habia venido quince minutos antes de la hora acordada.

-Mi niño! -Exclamó Denna cuando abrí la puerta.

-Hola mi niña. -Le dije abrazándola. -Otra vez quince minutos antes, maña, que me haces creer que voy tarde cuando voy bien de tiempo.

-Deja de quejarte, anda.

Cerré la puerta cuando entró y ambos nos sentamos en el sofá.

-¿Estas nervioso?

-Pues si, la verdad. A saber cuantos van a ser hoy en el público...-anudé los cordones, se me estaban resistiendo.-Encima hoy estreno la canción.

-Joder, es verdad, la que le escribiste a Mart...

-Si. -La corté. -Creo que va siendo hora de cantarla y asi cerrar la etapa.

-Estoy de acuerdo. ¿Sabes que está otra vez por aquí, por Madrid? Con lo de la serie esta nueva.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y desvié la atencion de los cordones para mirarla.

-Pues muy bien. -Respondí cortante, incitándola a no contarme nada más. No le hizo falta mucho más para entenderlo.

-¿Bea puede ir al final?

-Creo que sí.

Asintió e inspeccionó la etiqueta de mi traje.