Si algún día te preguntaran: ¿Eres digno de estar en el cielo? , ¿Qué contestarías?
Que si, que no, soy ateo y no creo en el cielo.
En mi caso he sido una muy buena persona toda mi vida, nunca le hice daño a nadie y cuando a mi me lo hacían daño, no...
Okey, empiezo a pensar que este no es mi día de suerte. ¿Por qué?
Evaluemos mi situación hasta ahora.
Primero, me dieron una paliza hoy en la mañana; segundo, la chica que me gustaba me rompió el corazón; tercero, me humillaron en frente de toda la escuela; cuarto, me mataron; quinto, caigo en medio del puto infierno y, por último... esto.
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Toda la ciudad era un completo caos, con sangre y tripas de demonios muertos esparcidos por las calles, y se escuchaban gritos de dolor y sufrimiento en cualquier lugar que fuera. Los demonios trataban desesperadamente de salvar sus vidas, pero sin lograrlo. Era una completa masacre.
Esto era orquestado por aquellas criaturas que bajaron de los cielos. Creo que son ángeles, las cuales mataban sin piedad y sádicamente a cualquier demonio que veían en su camino. Era una escena muy desgarradora de ver.
Tn: Maldición – Dije algo asqueado – Es mucha esencia para mí.
Y para mi mala suerte, yo estaba en medio de toda esta masacre.
Tn: Lo mejor sería esconderme, antes de que me vean.
En eso, el demonio tiburón que me había amenazado antes había caído frente a mí, ensangrentado, con una herida en el estómago.
Demonio Tiburón: A-ayud-
No pudo terminar lo que me iba a decir cuando uno de esos ángeles bajó del cielo para apuñalarlo.
Tn: De-demonios – Un poco de sangre me cayó al rostro.
El ángel se dio cuenta de mi presencia, mirándome fijamente con odio y repulsión. No se tenía que ser un genio para saber cuáles eran sus intenciones: deseaba matarme.
Tn: He-hey, tranquila, continua con lo tuyo. Solo me iré de aquí lentamente – Empecé a retroceder hasta que choqué con alguien.
Empecé a temblar cuando miré hacia atrás y noté que había chocado con otro de esos ángeles, además de que estaba acompañado por otras tres más.
Tn: Oh, carajo – Me aparté de ella.
Vi cómo el ángel sacaba su arma del cuerpo del demonio muerto, apuntándome con ella, al igual que las demás, comenzando a arrinconarme.
Tn: ¿Están seguras de que desean hacer esto? Digo, podemos arreglarlo de otra for-
Antes de que pudiera terminar, la que estaba al frente mío se lanzó contra mí, empezando a atacarme.
Tn: Oh, mier... ¡Wow! - Esquivé el ataque por poco - ¡Es-espera un segundo!
Pero no me hizo caso alguno, comenzando a lanzar varios ataques que de alguna forma lograba esquivar con facilidad. Me lanzó un ataque dirigido hacia mi cuello, pero tan solo di un giro hacia atrás de 360 grados, logrando librarme del ataque.
