Mercancia

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Volví a conducir hasta mi casa. En el camino estábamos los dos en un silencio cómodo y ambos con una sonrisa en la cara. Llegué en frente de mi portal y frené el coche.

- Bueno, supongo que ya pague mi deuda contigo no? - Dije mientras me quitaba el cinturón de seguridad.
- Exacto. La deuda sí, pero eso no quedará así eh muñeca. - Dijo mirándome fijamente. Sonreí y me acerqué a él.
-Por supuesto que esto no termina aquí. - Dije y acto seguido le deposité un corto beso en sus labios. - Nos vemos lindo. - Dije y baje del coche para así entrar por fin a mi casa.

Oí como su coche se iba y yo cerré la puerta de casa. Fui directamente a mi habitación y mientras me cambiaba le hice un audio a África para contarle lo que había pasado. Después de eso me entré en mi cama y caí dormida en un profundo sueño.

El día siguiente me arregle y me hice un rodete, ya que tenía el pelo bastante sucio. Tenía que ir en casa de Mateo a buscar más mercancía para vender. Salí de casa y me puse mis auriculares y emprendí mi ruta.

Mientras caminaba pensaba en todo lo que había pasado ayer. La verdad es que me hizo sentir viva todo lo que paso. Volver a conducir, ir al mirador, besar a Oakley... Mientras seguía en mis pensamientos, llegué a casa de Mateo. Llame a la puerta y me abrió uno de sus amigos.

-¿Está Mateo? - Pregunte mientras entraba.
-Pase, está al fondo como siempre. - Dijo ese hombre.

Sin más fui hacia donde mi había indicado. Abrí la puerta y allí estaba el sentado en su mesa.

- Hola Nina quanto tiempo. - Dijo sin siquiera mirarme.
-Vengo a por más mercancía y a pagarte tu parte de lo que vendí. - Dije sacando los billetes que eran su parte. Él los cogió y los puso en la máquina de contar dinero.
-Muy bien, está todo. Ten aquí está lo que tienes que vender. - Dijo él extendiéndome diferentes bolsitas. Me di cuenta de que había unas cuantas con polvo blanco dentro.
-¿Coca otra vez? Sabes que no me gusta vender esta mierda. - Dije un poco enfadada. La coca siempre traía problemas y yo era lo último que quería.
-¿Y desde quanto a mí me importa lo que te gusta o no te gusta vender? Coje lo que te he dado y lárgate. - Me escupió. Así que sin decir nada más cogí lo que me dio y salí de su casa.

Central cee || Tócate tu mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora