regla número quince

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Yangyang abrió los ojos con pesadez, realmente no tenía muchas ganas de despertar, mas sin embargo, debía hacerlo. Tomó asiento en su cama y tras tallar suavemente su rostro, enfocó su vista, pegando un brinco al ver a Jaemin observándolo desde la silla del escritorio.

ㅡ¡No mames! ㅡColocó una mano en su pecho, sintiendo como su corazón bombeaba con más rapidez. ㅡ¿Qué haces aquí?

ㅡEsperando que bajes a desayunar, ya todos están en el comedor y mis tíos están a nada de irse.

ㅡSiento como si no hubiera dormido nada. ㅡSuspiró, pues durante la madrugada había tenido todavía bastante energía. ㅡPrimero iré al baño, ¿me esperas aquí?

Sin esperar alguna afirmación por parte de su amigo, Yangs salió en dirección a uno de los baños de la segunda planta. Entró, lavó su rostro y al terminar de secarlo, regresó a su habitación.

Tomó la perilla de la puerta, deteniéndose antes de girarla al escuchar algunas risas. Llegando a la conclusión de que Jaemin quizá y sólo padecía demencia, abrió, no sabiendo como reaccionar a la escena que tenía delante suyo.

ㅡPendejo. ㅡSe dijo a sí mismo. ㅡYo... Iré a desayunar.

Con torpes movimientos, logró huir, bajando las escaleras con una rapidez que incluso parecía inhumana.

Su primo estaba a punto de besar a su mejor amigo, ¡y él había visto todo! Le urgía lavarse los ojos con cloro, de ser necesario.

Su primo estaba a punto de besar a su mejor amigo, ¡y él había visto todo! Le urgía lavarse los ojos con cloro, de ser necesario

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ㅡYanggie ㅡLo llamó Seungmin por quinta vez, chasqueando los dedos hasta que le hiciera caso. ㅡ, ¿estás bien?

ㅡSí, claro. ㅡDijo, a la par que cerraba la vasija donde su padre había guardado el desayuno que preparó. ㅡEn realidad no. ㅡDejó su plato sobre la barra de la cocina. ㅡCreo que ㅡGiró su cabeza hacia los lados, esperando no ser escuchado por dos personas en específico. ㅡellos están a nada de contarnos su secreto.

Las miradas del resto se posaron sobre él, algunos entendiendo completamente a lo que se refería y otros aún cuestionándose sus palabras.

ㅡ¿Estamos hablando de...?

Yangyang golpeó con una de sus manos el hombro de su primo. ㅡ¡Pero si fuiste tú quien inicio el chisme!

Youngjae buscó ayuda con sus ojos, Chenle se rió al verlo, haciéndolo recordar aquella conversación que habían tenido en su chat grupal. ㅡ¡Basta! ¡Ya me acordé! ㅡQue hubiese olvidado la situación era tan sólo un resultado de toda la información innecesaria que su cerebro retenía y es que para él era muy sencillo meterse en problemas, por lo mismo. ㅡPero, ¿por qué lo dices?

El mayor de los niños Wen se inclinó hacia adelante, acción que fue imitada por los otros cuatro, reuniéndolos a todos en el centro de la barra. ㅡNo quiero parecer un chismoso.

¡Luces, cámara, Yangs!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora