La casa se quedó un poco vacía antes de que terminase junio y la verdad es que Neil se sintió más a gusto. Estar rodeado de nueve jugadores de baloncesto, altos y musculosos, que ocupaban mucho espacio y hacían mucho ruido, era un poco agobiante. Tenía este verano para aclimatarse con seis y después no le quedaría más remedio que acostumbrarse. En la manada no había privacidad, pero tenía su rincón propio, su caravana, y podía disfrutar de momentos de soledad. En la casa de los zorros compartía habitación y baño y todo, la soledad había terminado.
Una noche salió al porche para tomar el aire después de que todos se hubieran acostado. Cuando Nicky apareció para hacerle compañía no le molestó demasiado. No quería ser siamés de Nicky como Kevin lo era de Andrew, pero no podía decirle eso sin que sonase peor de lo que era.
—¿Estás bien? —preguntó tras sentarse a su lado.
—Sí, solo quería disfrutar del silencio.
—Si te molesto puedo irme, solo me he preocupado por ti al verte salir de puntillas. No sabemos nada de lo que te atormenta y si es demasiado quiero que sepas que puedes confiar en mí para hablar sobre lo que sea.
Neil se sintió como un completo imbécil al no haber sabido apreciar su compañía antes.
—No quiero hablar de mi pasado.
—Lo entiendo.
—Pero gracias, por si alguna vez lo necesito.
—Claro, aquí estoy. Sé lo que es estar mal, estar solo, haber perdido a tu familia, haberte perdido a ti mismo. Casi todos comprendemos esas cosas. Ya no estás solo.
Ojalá hubiese perdido a su familia en vez de tener que huir de ella, pero Neil no le corrigió y tampoco dijo nada, no sabía qué contestar a algo tan sincero. Guardaron silencio juntos y contemplaron las estrellas.
—Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?
Quería dejar ese tema atrás y cubrirlo con uno diferente.
—Claro, dime.
—¿Andrew y Kevin están juntos?
—¿Qué? —preguntó demasiado alto y con voz aguda antes de soltar una sonora carcajada. Se tapó la boca demasiado tarde.
—Supongo que eso es un no.
—Qué va. Andrew es... ya lo descubrirás. Y Kevin es... no sé, frío y distante, no me lo imagino con nadie. Tienen una relación extraña, pero no de ese tipo.
—Vale.
—¿Por qué el interés?
—Simple curiosidad. Creo que no van a ponerme el verano fácil y no consigo saber de qué van.
—Mira, sinceramente, no vas a poder librarte de ellos, pero si necesitas ayuda no dudes en pedírmela, haré lo que pueda. Por lo demás, aguanta los entrenamientos y pasa de ellos fuera de la cancha.
—Y de la fiesta esa que dijo Liam tampoco voy a poder librarme, ¿no?
—Lo dudo.
Neil suspiró y Nicky volvió a entrar en casa para dejarle un rato a solas. En el parque de caravanas de la manada era difícil encontrar una tranquilidad así, sobre todo por la noche. Los cambiantes solían ser seres nocturnos, trasnochadores. Era agradable transformarse y salir a correr a la luz de la luna, entre las sombras del bosque y sus secretos. Se sentía una libertad diferente a cualquier otra.
Para cortar los pensamientos que empezaban a tomar vida propia en su mente, sobre Ray y todas las noches que habían pasado juntos en el mismo bosque donde lo había enterrado, Neil decidió entrar ya en casa e irse a dormir. Antes fue a la cocina a por agua.
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FANFIC ANDREIL garras bajo la piel
RomanceNeil está atrapado en una manada violenta que le utiliza para ganar dinero en peleas de perros. Le han quitado todo, incluso la esperanza. Hasta que sucede algo imperdonable, algo que le destroza, y huye tan lejos como puede. Perdido y solo, llega h...