Cuando llegaron a la casa no había ninguna luz encendida y Nicky le explicó que al día siguiente tenían entrenamiento muy temprano, por eso estarían todos durmiendo ya. Subieron los escalones hacia el porche de la entrada y Nicky abrió despacio para no hacer ruido, así se evitaban tener que dar explicaciones a esas horas.
—Aquí abajo hay un baño al fondo del pasillo a la derecha. —le dijo en voz baja y sin encender la luz—. No te preocupes, todos dormidos en la planta de arriba. Tienes unas horas para descansar tranquilo. A las seis bajarán a desayunar.
Neil lo siguió dentro del salón, a la izquierda de la casa, un espacio muy amplio con varios sofás y sillones, algunas estanterías en las paredes y una televisión enorme. Nicky le dirigió hasta el sofá más grande y extendió la manta que estaba doblada en el respaldo.
—Por si tienes frío —susurró.
También hizo acopio de cojines para dejarlos a su alcance.
—Enfrente tienes la cocina, hay agua fría en la nevera y puedes comer lo que quieras.
Neil asintió, estupefacto por que no estuviese sucediendo nada extraño. Que nadie estuviese intentando aprovecharse de él, o hacerle daño, o robarle los órganos. Que aquel lugar no fuese una trampa, solo un hogar donde le habían permitido entrar. Se extrañó de encontrar simple y llanamente altruismo. Al menos de momento, no iba a bajar la guardia tan rápido.
—¿Estarás bien?
Dudó mirando a su alrededor, abrumado. Nicky le apoyó una mano en el hombro para reconfortarlo, pero Neil dio un respingo y se apartó como si quemase.
—Perdona —volvió a levantar las manos en son de paz y Neil asintió—. No me hagas arrepentirme de esto, ¿vale? —Neil volvió a asentir con timidez, sintiéndose fuera de lugar—. Y si mañana bajan ellos antes que yo, no dejes que te intimiden y no te vayas antes de desayunar.
Neil solo sabía asentir con cara de estar muy confuso e incluso más perdido que antes. Nicky decidió dejarlo solo para que se acomodase, él también necesitaba descansar antes del entrenamiento de mañana. Se quitó las zapatillas para subir las escaleras con ellas en las manos y no hacer ni un ruido y realmente esperó no haberse confundido con ese chico que ni siquiera le había dicho su nombre. Parecía tan inofensivo y solo en ese viejo sofá cuando lo había encontrado, y después tan asustado y perdido cuando se había despertado, que no pudo dejarlo así. No sabía su nombre, pero sabía que se equivocaba al afirmar que no tenían nada en común.
Nicky se cambió de ropa con rapidez y se metió en la cama muerto de sueño.
Abajo, Neil seguía de pie, quieto, mirando el sofá como si fuese un cocodrilo con las fauces abiertas esperando para comerle. O tal vez lo era la casa y ya le había engullido. Se acercó al sofá con cautela, acarició la manta suave, los cojines mullidos y se atrevió a sentarse. Allí estaría muy cómodo, demasiado. Dirigió su mirada a un sillón orejero que parecía más gastado, de ahí podría levantarse con rapidez y echar a correr en segundos, incluso podía sentarse y dormir con las zapatillas puestas. Eso hizo. Apoyo la cabeza en un lateral y abrazó la mochila. Lo acunó el silencio, arrastrándolo a la oscuridad, y se quedó dormido.
***
Neil empezó a despertarse al notar un rayo de sol directamente en su rostro. No abrió los ojos y giró un poco la cabeza, quería seguir durmiendo un poco más, pero entonces notó lo que le hizo despertarse del todo: alguien lo estaba observando. Abrió los ojos y se encontró con otro par de ojos negros, clavándolo en el sitio. No podía moverse bajo su atenta y oscura mirada. Fría. Inexpresiva. Contuvo el aliento, este chico no parecía amable y altruista como Nicky, sino peligroso. Ya no se sentía seguro. No debería haberse descuidado tanto al bajar la guardia.
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FANFIC ANDREIL garras bajo la piel
RomantizmNeil está atrapado en una manada violenta que le utiliza para ganar dinero en peleas de perros. Le han quitado todo, incluso la esperanza. Hasta que sucede algo imperdonable, algo que le destroza, y huye tan lejos como puede. Perdido y solo, llega h...