Perdidos

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Desperté en medio del bosque al salir el amanecer con los rayos del sol golpeándome en el rostro, Luna y su padre aún dormidos a mi lado

-¡Despierten!- grite para despertarlos mientras me levantada y caía por el fuerte dolor de cabeza notando la sangre que salía de las graves cortadas que tenían diferentes partes de mi cuerpo

-¿Estas bien?- preguntó Luna una vez que despertó junto a su padre incandose a mi lado

-Claramente no lo estoy, ¿dónde estamos?- pregunté molesta recordando todo lo sucedido y como un estúpido hechizo me golpeó

-No lo sabemos muchacha, simplemente aparecimos aquí- habló el papá de Luna

-Yo los transporte hasta aquí, pero no sé cómo regresar, tendremos que caminar en lo que mis heridas sanan- dije mirando mis heridas con sangre seca que apenas querían comenzar a curarse

-¿Si no sabes regresar porque nos trajiste aquí? No comprendo- preguntó curioso el papá de Luna haciendo rodar los ojos

-En las circunstancias que nos encontrábamos solo pensaba en escapar, de nada, ahora a caminar- volví a ordenar

-Pero nos perderemos más, sería mejor quedarnos a esperar a Tom- sugirió Luna una vez que su padre intento buscar algún camino

-El no vendrá, por tu culpa- la señale molesta- quedamos en evidencia por que eres una terca que no te importó que Tom intento protegerte y ahora él tendrá que pagar las consecuencias- grite molesta parándome de mi lugar para arrumbarla haciendo que cayera al suelo

Mire mis manos y toque mi cuello sintiendo el dije que portaba desde hace tiempo, Talvez Luna fue una estúpida pero no es su culpa preocuparse por los demás, a regañadientes le moví la cabeza para que se pare a lo que ella se paró sin pronunciar ninguna otra palabra

-Es por aquí- me acerque con el padre de Luna para señalar un camino que presentía era el correcto

El camino comenzaba, estaba a mitad del bosque, confiaba en que simplemente me transportaría de regreso, pero ese hechizo me debilitó gravemente, alguien poderoso me lo habrá lanzado.

Llevábamos algunos días caminando, con la magia que recuperaba nos cree una protección para que no nos detectaran, ni los mortifagos o alguna criatura mágica, Luna y su padre se encargaban de atrapar comida y prender algo de fuego en la noche, yo prefería mantener las palabras encerradas en mi boca solo hablando para lo necesario, estaba débil y no me podía controlar

-Creo que este es el último día de camino y lograremos llegar a su casa- avisé caminando aún por los grandes árboles del bosque que cada vez disminuían

-Estoy ansiosa por llegar, es cansado caminar y caminar- expresó Luna mirando sus propios pasos

-Tranquila hija, llegando a casa te das un baño y te prepararé algo de comer, falta poco para lograrlo- le dijo su padre amorosamente dándole un beso en el cabello mientras yo torcía los ojos volviendo a caminar

Llegando lo primero que haría sería largarme a mi casa, ya no soportaba mirar a Luna y a su padre otro día más, me fastidiaba verlos o simplemente escucharlos animándose mutuamente cuando a mí las heridas me dolían, la marca tenebrosa me irritaba cada vez más, mi piel prácticamente me quemaba, el cansancio insoportable de mis pies por tanto caminar y mi estómago que quería comer algo más que simples frutillas

Al momento de llegar el padre de Luna rápidamente corrió a abrir la puerta para abrazar fuertemente a su hija casi llorando de felicidad

-¡Dejen de ser tan insoportables!- les dije molesta para adentrarme a la casa intentando buscar algo para escribir una carta y largarme de aquí

Emma¿Weasley?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora