II

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Adam se despertó alarmado, los 6 meses que había pasado en el infierno lo habían hecho dormír con un ojo abierto. Reviso su cuerpo y luego su entorno, y se dió cuenta.

Estaba en el maldito castillo de lucifer, el había venido aqui a... Bueno a hacer su parte del trato.

Se limpio el sudor de la frente al igual que las lágrimas, se paro tembloroso buscando la salida, el vio el reloj, eran las 7 a.m. Estaba en una habitación. Pensó lo peor.

Se sentó, respiro con un poco de dificultad, se sentía horrible. Realmente se sentía peor que la mierda, ahora no era nada, no era un ángel, no era un humano, ni siquiera decide sobre si mismo. Encerio se odiaba.

Intento volver levantarse pero sus horribles patas de cabra no le reaccionaban.

Escucho pasos, sabía de quién eran aquellos pasos.

El miedo se manifestó en su cuerpo, se puso junto a la cabecera. No sabía porque se sentía así, él lo había elegido, aunque la otra opción (ser golpeado por esos hombres, porque les había robado comida) no sonaba mejor. Suspiro pesadamente.

"—A que sabe la misericordia, puta"

Esas palabras sonaron en su mente. Realmente era una puta ¿No?

En esos momento en que no hay sol
Pero la vida sigue a tu alrededor

Miro la habitación, cerrando sus ojos dolorosamente. Las imágenes llegaron a su mente.

Nadie mira a la cara a su desconcierto
Poniendo a ver caer lo que daba por cierto.

Recordó la sonrisa burlona de Lucifer. Cómo este lo obligó a mirarlo.

La última disputa fue a peor
Y en su cuerpo queda aún el dolor.

Tocó sus hematomas, moretones y heridas. Una nueva en su hombro.

La sombra de sus ojos ya no es por sueño,
Es por un animal que dice ser su dueño.

La cadena del trato lo hizo temblar. Y como lo llamaron puta.

Ya no está en sus manos no se pertenece.
Ya arañaron sus garras su felicidad.

Recordó las manos de Lucifer. Tocando sus cuernos.

Siempre llevarás las marcas, y lloraras.

El llanto de junto en sus ojos. Las retuvo en sus ojos.

Fue algo progresivo hasta cambiar
Hasta perder su sitio y su lugar.

En qué momento se convirtió en un demonio y dejo de ser el inocente del Eden. Dejo de ser el mismo.

Hace tres bofetadas se apagó la llama.
Ya no estás en tus manos no te perteneces.

Lucifer entro a la habitación.

—Hola, Adam ... ¿Cómo te sientes?

—Um bien —responde Adam, su rostro realmente reflejaba la verdad— me voy.

Se levantó con toda la fuerza de voluntad que le quedaba, pero no funcionó y cayó.

—Descansa, te voy a traer comida —dijo lucifer, saliendo por la puerta.

Adam sintió rugir su estómago, hace un dia que no comía, o al menos no lo recordaba ese día había sido borroso. No sabía realmente que había pasado y no pensaba averiguarlo.

Lucifer entro con sopa, la puso en una mesita de cama y se la paso a Adam.

Este comio en silencio, con la mirada de Lucifer. Aunque parecía un perro desperado o ... Una oveja. Sus alas se extendieron feliz. Estaba feliz de comer

El castigo de Adam (Hazbin hotel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora