VIII

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Edén.

Su primer abrir de ojos. Estaba rodeado de un montón de lo que luego sabría que eran ángeles y arcangeles.

Uno de ellos toco su cabeza, llenando su cabeza de conocimiento. Enseñándole que como hablar, que tiene animales y frutas para comer y que debe nombrar todas las cosas.

Una voz se manifestó frente de el.

"Tu eres Adam, hijo mío, eres el primer hombre, yo soy tu creador, tu deber es cuidar este jardín llamado Edén"

El entendió todo. Le dijieron que Miguel y Luzbel serían sus guardianes. Aunque no se los presentaron.

Y lo dejaron solo. Inundado de curiosidad, camino por el enorme jardín.

Los animales lo seguían a cada paso que daba. Entonces se sentó en una roca y ellos tras el.

Miro a los animales y empezó a nombrarlos. Las palabras salían de sus labios y el las aceptaba.

Ese día acabo y por instinto durmió.

Al día siguiente, un animal, que había nombrado como gallina, apareció frente a el. Su mente le dijo que tomara una piedra, lo hizo. Lanzó la piedra sobre la cabeza del animal.

Lo desplumo prendió fuego y lo comió.

Siguió ese día, hoy nombró algunas plantas y se sentó.

Escucho un pequeño ruido, curioso lo siguió y encontró a un arcángel, era pequeño, rubio, de ojos azules, piel blanca y mejillas rosadas.
El arcángel está cantando con una dulce voz, girando en el cielo. Los pájaros le seguían, Adán quedó encantado. A su lado estaba otro igual, pero más alto,solo que este estaba parado, aún que sonreia cálidamente.

Adán se acercó, corriendo para alcanzarlos, al verlo ambos arcangeles sonrieron aún más.

-Adam, por fin te conocemos -le dijo el arcangel, este era el más serio- mi nombre es Miguel.

-Yo soy Luzbel -dijo el otro arcángel, rodeando a Adam, mirándolo curioso- porque padre no le di ropa.

-¿Ropa? -pregunto Adam, curioso.

-Oh, tu no te debes preocupar por nada, Adam -le dijo Miguel, con las mejillas ligeramente rojas.

Adam los miro un rato más. Para después abrazar a Miguel, como su mente le decía, este lo apartó ligeramente.

-Lo siento Adam pero nosotros solo debemos vigilarte, no podemos intervenir -le dijo, alejándose, tras el Luzbel.

Pero Luzbel pensaba diferente, en cuanto su hermano se fue, el regreso con el humano.

-Hola de nuevo Adam -se le acerco por la espalda.

Adam lo recibió sonriéndole. -Hola arcángel Luzbel.

-Dime Luzbel -le dijo, poniéndose al lado de Adam, este noto la enorme diferencia de tamaño.

-¿Porque eres tan pequeño? -pregunto Adam genuinamente.

-Um no lo sé, tu porque eres tan grande -dijo el arcángel, volando para alcanzar la cabeza de Adam.

-Supongo que los humanos somos grandes -dijo el hombre, recordando como le habían dicho que el era un humano, el primer humano.

-¿Quieres jugar? -le dijo Luzbel.

-¿Que es jugar? -Adam no reconoció la palabra.

-Solo sígueme -dijo Luzbel.

Adam obedecío y lo siguió, está realmente curioso para ver qué pasaba.

El ángel tomó una pera y le dijo a Adám -Atrapa la fruta.

El castigo de Adam (Hazbin hotel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora