Es muy tarde para arrepentirse

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        Al llegar el amanecer pude ver desde mi balcón como los lores de las grandes casas se iban de regreso al puerto. Con un suspiro casi nervioso retrocedí hasta caer en mi cama. El día de ayer había sido un sumamente aterrador, pero ya lo había superado.

       Sonrei orgulloso mirando al techo de mi habitación. Era momento de empezar a sacar mis cartas. Pronto será la recaída del abuelo y no puedo permitir el control de los Hightower sobre el trono.

Sin embargo mi principal problema no eran ellos ahora mismo...

      Al llegar a la área de entrenamiento observe como Aemond derribaba a dos caballeros al mismo tiempo solo con su brazo. Sin duda era fuerte, más fuerte de lo que hubiera imaginado.

      La mirada de Aemond choco con la mia y al ver su sonrisa desquiciada, frunci mi ceño con amargura. Un loco como el no debería tener tal fuerza, es una amenaza.

- Acaso vienes ha darnos lecciones de danza, sobrino?- alce una ceja ante aquella pregunta que mierda con esa actitud. Bueno no debería sorprenderme, solo intenta molestarme.

- Se equivoca tío, he venido a entrenar, estare aquí por un tiempo y no significa que dejaré mi rutina- respondí despreocupada mientras intentaba tomar un espada.

- Lo lamento príncipe, pero los omegas aquí no tienen permitido entrenar- interrumpio Sir Cole, mientras me arrebataba la espada. Me quede perplejo ante tal actitud.

- Y porque no?- refute mientras me cruzaba de brazos. Sir Cole observo a los otros caballeros y luego se río en mi cara.

- Como que porque no?, son omegas, para que entrenarían?, no creo que saber pelear les ayude en algo- frunci mi ceño ante tal estupidez y antes de poder responder ante las palabras del imbecil que tengo enfrente alguien se interpuso entre nosotros y le quito la espada a Sir Cole.

- Déjalo entrenar- Aemond me entregó la espada, me volteo a mirar y con una sonrisa ladina, me tomo del hombro separándome de Sir Cole.

- Porque hiciste eso?- questione con desconfianza mientras retiraba su mano de mi hombro. Aemond miró a Sir Cole y se alzo de hombros.

- "Solo quiero prepararme de antemano, saber que tan bueno eres en combate, no quisiera que me tomaras por sorpresa otra vez"- murmuro a mi oido, retrocedí ante la cercanía y observe al mayor con el ceño fruncido.

- "Soy justo con mi contrincante y lo de aquel día no volverá a repetirse si es lo que te preocupa"- murmure sombrío al saber a que se refería con otra vez. Tan poca estima me tiene?.

- "No se, confiar en un bastardo como tu es ser estúpidamente credulo"-
- "No te entiendo qȳbor "- Aemond alzo sus cejas, curioso ante mis palabras.

-" Un día me sonríes y halagas, al otro me odias e insultas, solo logras confundirme mas"- le entregue la espada con desánimo y me fui alejando del área de entrenamiento.

- Que le dijiste a ese mimado para que se fuera como puta malpagada?- questiono Sir Cole a mi lado mientras veíamos como Lucerys se iba.

- Como te atreves llamarlo asi?!Conoce tu puto lugar, Cole, - rugio Aemond mientras le entregaba de mala gana la espada de entrenamiento, haciendo que el caballero retrocediera con confusión y sin entender porque lo reprendiá, solo se disculpo.

- Para la próxima no seré tan amable así que cuida tus palabras- Aemond camino en dirección hacia donde Lucerys había desaparecido, dejando a Sir Cole con un amargo sabor de boca.

- Taoba!- me detuve al escuchar a Aemond me voltee a verlo y observe como caminaba en mi dirección.

- Vienes a burlarte más de mi?- refute enojado mientras continuaba caminando.

𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora