capitulo 24

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Presente 

-todo tiene una explicación -avanzó, escucharlo reconocerlo no hizo más que revolverme el estómago- 

-no te acerques -retrocedí-

El se quedó paralizado

-¿Cómo crees que te haría daño?

-siento que no te conozco -las lágrimas caían por mis mejillas 

-soy yo -dió un paso, yo retrocedí dos- soy el mismo de siempre… 

-y eso es lo que me da más miedo, estar enamorada de alguien así, por qué sí, te amo, pero cada vez que te acercas recuerdo esa noche sabito, ni siquiera sé si estoy loca por qué mi cuerpo sigue reaccionando a ti… todos estos malditos años vagando sola, sin acercarme a nadie por qué me daba miedo que pudiera ser otro psicópata como tú, ¡y cuando me llego a cruzar con alguien, cuando siento que puedo empezar desde cero resulta que es tu maldito jefe!

-t/n, escúchame -dió otro paso- vamos a hablar y te voy a contar todo

-sabito -dijo Tomioka- no

-¿Que? -dijo este dándose vuelta- ¿Cómo que no? Cree que soy un puto sicario o algo peor… 

-no puedes -me dijo sanemi- sabes que no puedes…

-¡me importa una mierda! -gritó- lo voy a dejar todo por ella

-no dejes nada sabito -lo miré dolida, dolida por como quería correr y abrazarlo, él me miró con los ojos llenos de lágrimas- no me vuelvas a llamar, no me vuelvas a buscar, no quiero nada contigo, no sé si soportaría pasar una noche contigo nuevamente sabiendo que tus manos están llenas de sangre de personas inocentes, yo no puedo con eso… sigue con tu vida qué yo sigo con la mía.

Caminé al vehículo, escuché sus pasos, sus gritos llamándome desesperado, desgarrado, en cómo le gritaba a sus amigos que lo soltaran por qué me necesitaba, necesitaba aclarar las cosas por qué él no era un monstruo, el último grito que escuché decir fue 

-¡Te amo capullo! ¡Nunca dejé de hacerlo, no soy lo que crees!

Y apreté el acelerador para alejarme de él, que me hacía tanto bien y tanto daño al mismo tiempo 


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Ese mismo día alquilé otro apartamento cerca del hospital en dónde trabajaba, fue lo mejor por qué cuando iba a buscar mi correspondencia me dijeron que habían venido todos los días mi “prometido” y otro chico que se había identificado como sabito a preguntar por mi, les dije que avisarán que estaba de viaje, cambié de número, mi celular antiguo lo rompí -paranoica, lo sé- pero no quería saber nada de ambos

Si fui a trabajar fue solo para olvidar todo lo sucedido, pero no podía hacer nada, nada parecía lo de siempre y mis compañeros de trabajo se dieron cuenta 

-¡T/n! -me dijo Liam, un doctor del hospital joven, alto, guapo según muchas, yo lo encontraba un poco egocéntrico aunque divertido, siempre almorzábamos juntos- ¿Qué tienes que hacer ahora?

-¿Ahora? -miré el reloj- irme a casa, ya es tarde

-con unos colegas vamos ir a tomar algo ¿Quieres? 

-ehhh no sé -sonreí y seguí caminando a la salida- no me siento muy bien la verdad 

-¿Problemas con tu novio? 

-lo dejamos -nos paramos en la puerta del hospital haciéndonos a un lado para que la gente ingresara-

-oh… lo siento -puso una mano en mi hombro- ¿Estás…?

-estoy bien -le sonreí- pero prefiero pasar de tu invitación

-lo entiendo -me sonrió- ¿Sabes que me puedes llamar cualquier cosa verdad? Somos amigos -me tocó la nariz- 

-gracias -lo empujé amistosamente

-adiós -se inclinó para besarme la mejilla, yo le sonreí

Pero alguien llamó mi atención, un chico estaba al frente del hospital y caminaba en dirección contraria, llevaba una polo con la capucha puesta, pero su forma de caminar, sus manos en los bolsillos, supe de inmediato que era sabito, mi corazón latió una milésima más rápido

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Una semana más, estaba en el turno de tarde, miré el reloj, las 23:59 pm y mis ojos ya estaban cansados, creo que nunca había llorado tanto como estos días, por sabito, por lo que teníamos, por lo que pudimos tener. 

y creo que el cansancio me estaba jugando una mala pasada porque la muestra del paciente que tenía delante de mí debajo del microscopio me estaba jugando una mala pasada… ¿qué mierda estaba viendo? 

parpadeé varias veces, definitivamente la muestra se había alterado desde que la tomaron hasta que llegó donde mi por que lo que estaba viendo no era normal, o por lo menos nada de lo que había visto antes. llamé al médico encargado, Liam

llamé una vez y no tuve respuesta

dos veces y nada

al tercer intento fallido resoplé molesta y tomé el informe del paciente que había enviado Liam y fui a buscarlo yo sola, tenían que tomar una nueva muestra de sangre y si tenía que hacerlo yo para que nada saliera mal lo haría

llegué a la sala en donde se encontraba el paciente, un chico muy guapo con el cabello rosa y tatuajes en sus dos brazos, se giró a verme

-hola, ¿por casualidad usted es… -leí el papel- el señor akaza? 

-si, doctora… 

-t/n -le respondí- ¿el médico ha venido a verlo? 

-no, me sacaron una muestra de sangre y no ha vuelto

-ok -suspiré- soy técnico de laboratorio, estaba viendo su muestra pero la tomaron mal así que le pediré a alguna enfermera que venga a tomarle la muestra nuevamente -no me dijo nada, solo sonrió, me dieron escalofríos- permiso

al dar un paso el lápiz que tenía en mi mano se cayó y me agaché a recogerlo, algo debajo de la camilla llamó mi atención

-¿Qué es eso? -murmuré y alargué mi mano para levantar la tela que caía y ahí estaba Liam, o lo que quedaba de él ya que solo supe que era él por el nombre que había en la bata blanca en medio de esos restos humanos 

-señorita t/n, novia de Kiriya Ubuyashiki -dijo akaza y lo miré, ya no tenía el mismo rostro humano de antes- necesito me acompañe

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siempre tú - Sabito x t/nDonde viven las historias. Descúbrelo ahora