La madre zorra observaba a su única hija dormida, notando que era su viva imagen, pero para ella, su hija era aún más hermosa que ella misma. Aunque ambas compartían similitudes físicas, sus actitudes y mentalidades diferían considerablemente. La hija era muy sentimental; aunque cazaba mejor de lo esperado, en su primer día demostró sus habilidades al rastrear y encontrar a su presa rápidamente, pero dudaba en el momento de terminar el trabajo. La madre había intentado constantemente explicarle que seguir sus instintos era normal, que era su naturaleza.La madre se acercó a su cría dormida, observándola detenidamente. A veces dudaba si era lo suficientemente fuerte para sobrevivir, y esas dudas la molestaban. Quería saber si su hija estaba lista para enfrentarse al mundo. No podía seguir con esa actitud; ¿qué debía hacer? Todas las dudas se detuvieron cuando vio cómo su hija se despertaba. La hija abrió lentamente los ojos y se acomodó en su lugar, aparentemente decaída, evitando el contacto visual con su madre y manteniendo la vista fija en el suelo.
.- Buenos días –habló la hija, pero con voz baja–.
.- Aún estoy molesta contigo –respondió la madre–.
.- Pero madre, puedo explicarlo –intentó justificarse la hija–.
.- ¿Qué vas a explicar? ¿Cómo dejaste ir ese roedor cuando comenzó a suplicar? ¿O aquella vez que no pudiste matar a esas aves? ¿O el incidente de ayer, cuando gritaste al intentar cazar un conejo? –recriminó la madre–.
.- Pero madre... –intentó interrumpir la hija–.
.- ¿Qué? –cortó la madre– Lo que digo es la verdad. ¿Qué quieres que haga? No puedes seguir así. No vas a sobrevivir toda la vida alimentándote de insectos y bayas. Necesitas carne; somos carnívoros, somos lo que somos. No dudes, no cuestiones, no titubees. Lo que debes hacer es cerrar tu corazón.
.- Entiendo, madre, pero es complicado –admitió la hija–.
.- ¿En qué es complicado? Debes madurar. No estaré siempre aquí para cuidarte. No pido que cambies de la noche a la mañana, solo quiero que me demuestres que puedes sobrevivir, que puedes matar a tu presa, que puedes cazar sin dudar. Sé que eres buena rastreando, conoces el bosque y sabes moverte, pero no puedes matar a tu alimento. Desde ahora, quiero que te des cuenta de que esto es serio, es tu vida la que está en juego. Si sigues así, no podrás salir al bosque –advirtió la madre–.
.- Sí, madre –respondió la hija–.
.- ¿Te quedó claro todo esto? –preguntó la madre–.
.- Sí, me quedó claro –contestó la hija–.
.- Entonces, me iré ahora a buscar comida –anunció la madre–.
.-Pero madre, ¿puedo ir contigo? –suplicó la hija–.
.-No, te quedas aquí. Reflexiona sobre lo que eres –ordenó la madre–.
.-Pero madre, puedo...–insistió la hija–.
.-He dicho que te quedes. Yo saldré por nuestra comida –zanjó la madre–.
.-Sé que puedo demostrártelo -afirmó la hija-.
.-Y lo harás, pero no hoy ni mañana, solo estate aquí –concluyó la madre, ya dirigiéndose hacia la salida– No tardaré. Solo iré por comida y volveré.
.-Entiendo... Adiós, madre- despidió la hija pero se oía apagada.
.-No estés así. Solo reflexiona. Debes... pensar mejor. Tú eres un zorro –instó la madre antes de partir–.
Ya salió de su hogar disgustada. No le gustaba poner a su hija en ese estado. Pero cuál es la solución, si sigue así no dudará nada por sí sola. Además, si ella quisiera tener sus propias crías algún día, debe mejorar. Es lo que la madre pensaba cuando salió de su hogar. Solo se distrajo con sus pensamientos. No sabe cuánto se alejó, pero no era para preocuparse, sabía cómo regresar. Su viaje siguió con el sol iluminando el panorama, el color verde fuerte predominaba en todo, hasta que encontró su alimento. Algo desconcertante: el cadáver de un ciervo. Este se notaba aún fresco, sin descomposición ni el olor fétido de carne podrida. Tal vez el causante de su muerte se fue y se llevó lo necesario, o tal vez lo dejó como carnada. Se ocultó en los arbustos cercanos.
ESTÁS LEYENDO
Enduring Coldness
Short StoryVamos a ver la historia de una madre zorro que peleará por sus hijos. Pero llegara el momento que alguien más la ayude a cuidar y proteger a sus cachorros e igualmente a ella.