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Una de las cosas más difíciles de este mundo es salir del armario con tu familia.

Para esta situación se pueden dos casos:

El primero en el que tus padres te apoyen y te quieran tal y como eres, y el segundo.

Cuando tú familia no apoya este tipo de cosas se hace muy difícil poder decirlo porque sabes las consecuencias que trae, sabes los gritos e insultos que recibirás por parte de tu familia e incluso de tus amigos.

Pero se hace más difícil poder ocultarlo porque al final lo único que haces es esconder una parte de ti que en algún momento saldrá a la luz.

Salir del armario no es fácil ya que es decirle a tu familia que no eres como los demás, qué tus gustos no son como los del resto y no por ello está mal, ser diferente no es malo, si no porque es algo que no está bien visto.

Porque el ser humano es así, le tiene miedo a lo que es diferente y en cuanto lo ve solo piensa que es algo malo e intenta eliminarlo.

Algunas personas pueden saber cuál es esa sensación. Ese sentimiento que tienes cuando a tus padres, a los que se supone que te iban a apoyar da igual como seas, empiezan a quejarse de tus gustos o incluso te hacen daño ya sea de forma física o mental con comentarios como "Tu ya no eres mi hij@" o "Solo eres una deshonra para esta familia" e incluso, en casos muy extremos, hay familias que echan a sus hijos de casa por ser simplemente diferentes.

Y si, es duro escuchar todo ese tipo de cosas pero a veces a la larga es mejor, porque liberas una parte de ti que te permite ser tú mismo y siempre esta la posibilidad de que tú familia cambie de mentalidad, aunque eso tarde años.

A veces, con esos comentarios, llegamos a pensar que el error es nuestro, que nosotros estamos mal, pero no es así. Que te guste alguien del mismo sexo no es malo, solo diferente y lo diferente no es algo erróneo ni mucho menos algo de lo que nos tengamos que arrepentir por muy difícil que sea la situación.

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Victoria miraba el móvil paralizada mientras Natalia daba vueltas por el baño pensando que hacer

-Yo juro que la mato- habló Natalia entre dientes -No tenía suficiente con ponerlo en la pantalla- se siguió quejando.

Victoria tampoco escuchaba con claridad a Natalia. Sus pensamientos la estaban abrumando y el miedo se había apoderado de su cuerpo hacía ya un rato.

Su cuerpo temblaba y las lágrimas no paraban de salir. Estaba sobre pensando tanto que su vista se nublo y lo único que podía oír eran sus pensamientos de tal forma que parecía que alguien estaba hablando con ella.

Natalia se dio cuenta de esto y rápido se agachó para intentar sacar a su amiga de esos pensamientos pero una vez que estás tan metida en ellos es difícil salir. Aún así ella se acercó y abrazó con fuerza a Victoria para que notará su presencia y eso hizo, según sitio sus brazos se pegó a ella con fuerza mientras soltaba su móvil aún encendido con aquellos mensajes de su padre.

Porque si, para la desgracia de Victoria su padre había visto el video y los mensajes eran insultándola y pidiéndole explicaciones.

No había nada que le tuviera más miedo Victoria que a no ser perfecta para su familia, ya que era lo que siempre le habían exigido, perfección.

Ella sabía lo que le esperaba en casa y tenía miedo. Sabía lo que su padre pensaba de este tipo de cosas y más sabía que nadie en aquella casa la iba a defender y eso le asustaba aún más.

Le asustaba pensar que sus padres no la volvieran a querer o que incluso la rechazaran como hija. Había la posibilidad de que la mandaran a otro lugar y tuviera que alejarse de Natalia y eso la rompía aún más.

§🧡Experimento 508🧡§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora