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Victoria miró a sus padres sin creerlo ¿Qué se tenía que mudar?

Esperaba que eso fuera broma porque si no se ponía a llorar allí mismo y anclaba su mano a esta casa. Cómo se iba a mudar de nuevo teniendo todos sus amigos aquí, un equipo de fútbol en el que jugar y una novia ¿Cómo se iba a mudar?

-¿Es broma no?- se atrevió a preguntar con miedo en los ojos

-Victoria cielo se que para ti es como si matamos una parte de ti, pero cielo ese dinero nos viene bien- ella empezó a negar

-Mamá no nos podemos ir mis amigos están aquí, mi infancia está aquí, mi equipo está aquí, incluso mi novia ¡Mamá, mi novia vive aquí!- su corazón empezó a latir con fuerza, esto no la podía estar pasando

-Victoria cariño trata de pensar no desde tu punto de vista sino desde el de tu familia, ahora estás en la etapa de hacer amigos, no te costará tanto hacer amigas y Natalia tiene moto, puede ir a verte cuando quieras- aquello último le dolía más

-Natalia- su nombre empezó a retumbar en su cabeza.

No sabía nada de ella, desde aquello que pasó hace unas semanas, no la había visto en los pasillos ni siquiera veía su moto, pero si que la oía llegar de madrugada ¿Qué cómo se sentía? Mal, se sentía estúpida por haber hecho eso y más aún con aquellas palabras que le dijo Natalia que aún seguían en su cabeza, ya no solo parecía enfadada si no que parecía dolida, como si aquello le hubiera hecho más daño de lo que ella pensaba, incluso pudo notar como el brillo de sus ojos se iba con aquellas palabras como si al decir eso hubiera roto algo.

Cada día cogía el móvil y escribía uno y mil mensajes pidiéndole perdón y explicándole todo, de los cuales no enviaba ninguno por miedo a que no se lo creyera, de hecho Natalia la tuvo un tiempo bloqueada pero como hace cosa de dos días o así volvió a salirle su foto de perfil, porque si, ella entraba todos los días a todas horas para ver si ya la tenía desbloqueada cosa que, aunque no lo supiera, también hacía Natalia.

La pelinegra la bloqueó por el dolor que le provocó aquellas palabras de Victoria pero pensó que tal vez se disculparía y la desbloqueó. Ahora se pasaban día, tarde y noche esperando un mensaje de la otra aunque fuera un simple “hola” pero no parecía llegar nunca.

Natalia no la odiaba, no podía, aunque los primeros días si que lloro y tiró varias cosas suyas, después de un par de días le tocó sacarlas de la basura y volver a ponerlas porque no puede odiar a alguien que le hace tan feliz, es simplemente imposible para ella odiarla al igual que para Victoria, no pueden odiarse mutuamente porque sería como odiar una parte de su corazón o incluso matarla de forma cruel.

Las dos querían arreglar las cosas, querían volver a esas tarde donde solo eran ellas pero ninguna se atrevía a dar el paso y ahora Victoria se tenía que ir aunque Natalia no lo supiera y ni siquiera sabía si la perdonaría antes de irse o se iría sabiendo que ha dañado tanto a la única persona que ha estado a su lado toda la vida.

Quería ir, llamar a la puerta y abrazarla mientras lloraba en sus brazos pero el miedo se lo impedía, ese miedo a que la rechace como han hecho todos con ella y que era más fuerte que las ganas que tenía de verla y de arreglar las cosas e incluso de mandar a la mierda a su supuesta novia, la que la había obligado a hacer eso, la que le hacía daño y de la no se podía librar por miedo

-Me da igual, no nos podemos ir- siguió quejándose

-Maria no te estamos preguntando, solo os lo estábamos diciendo, la decisión ya está escogida y nos mudamos el 20 de julio así que te me despides de todos hasta esa fecha ¿Me oyes?- habló ya más serio el padre de Victoria

§🧡Experimento 508🧡§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora