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-¿Por qué lloras?- preguntó Victoria

-M-me haces daño- respondió Natalia mientras miraba su brazo

-¿¡Te duele!?- dijo haciendo más presión -¡Eso no lo pensaste cuando lo hiciste!¿En ese momento no te dolió o que?-

-¡Claro que me dolió! Pero prefiero eso a hacer algo peor- Victoria la miró con precaución, aquellas palabras habían hecho que su cuerpo se tensara y su corazón se parará por un segundo

-¿Algo pero?- ciertas lágrimas empezaron a correr por su mejillas -No- negaba mientras se separaba de ella -No, no lo harías- dijo mirándola -¿Verdad?-

-N-nena yo....-

-¡¿VERDAD?!- dijo ya gritando.

Natalia no respondió solo giro la cabeza para evitar mirarle a los ojos simplemente no podía mirarla a la cara y decirle que todo estaba bien y que no sería capaz de matarse porque ella sabía que llegaría el día en el que lo haga.

Victoria se levantó de la cama y se fue del cuarto dejando sola a Natalia. Ella se sentó en la cama y miró su brazo mientras lloraba, agarró las gomas de pelo que Victoria le había quitado y se las volvió a poner.

Ahora se sentía peor, en el momento en el que quitó el brazo antes por la mañana supo que la había cagado pero ya era tarde para remediar sus acciones, ahora solo podía esperar que ella volviera y rezar porque se le olvidará el tema.

Mientras tanto Victoria estaba encerrada en el baño abrazada en sus piernas mientras lloraba y analizaba todo, no podía entender porque ella se hacía algo así o porque no le contaba si estaba mal, a ella no le importaba escucharla por horas, días, semanas o incluso años si hacía falta sobre algo que la preocupara, no le importaba estar allí abrazada a ella mientras lloraba, no le importaba, pero lo que no quería era que se hiciera daño y mucho menos quería una vida sin ella.

Victoria salió del baño y volvió a su cuarto allí entró sin decir nada y oyó como Natalia sollozaba pero no la miró

-¿Nena?- preguntó con un hilo de voz Natalia pero ella no respondió.

Ella veía como Victoria buscaba algo en sus cajones sin decir nada cosa que desconcertaba a Natalia. En un momento sacó una pequeña pulsera junto a un papel y con ellos en mano se acercó a ella arrojando los dos objetos hacia donde estaba está

-Lee lo último- dijo sería Victoria, Natalia agarró el papel y lo abrió.

Sabía que era, el papel era una carta que ella misma había escrito, fue uno de los regalos de su aniversario, eso y la pequeña pulsera con un medio corazón que tenían en conjunto. Con cuidado leyó la última frase:

"Prometo que estaremos juntas siempre y que nada nos separara, prometo contarte todos mis problemas y que siempre que me necesites a tu lado iré ya está en la otra punta del mundo prometo estar siempre que me necesites a tu lado"

Natalia miró a Victoria

-Siempre- dijo mientras volvía a llorar -Prometiste estar siempre a mí lado- ella señaló al papel -Lo prometiste-

-Yo no he dicho que no vaya a estar a tu lado-

-Ese no es el punto Natalia, prometiste contarme tus problemas- ella volvió a  señalar el papel -Te lo voy a volver a preguntar ¿Por qué?-

-No lo sé- respondió agachando la cabeza -Solo me relaja-

-Hay mil formas de relajarse ¿Por qué esta?, podrías no se correr o dibujar pero esto no está bien no es bueno, hacerte daño no es la mejor opción-

§🧡Experimento 508🧡§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora