Capítulo 5 El humano

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—¿Qué ha pasado aquí?

Ryoh estaba muy confundido llegó al ver todo el desastre, el centro de la ciudad fue destruido pero no parecía haber nada que lo hiciera, además de que había escuchado que se trataba de un dragón. Se dirigió directo a Rayne el cual estaba al lado de un joven con cabeza de hongo y en su pierna había un ser parecido a un dragón...

—Rayne ¿Eso es un dragón?

—Bueno, eso parece—asintió este.

Lance y Finn se vieron entre sí, ellos tampoco sabían lo que había pasado y Mash estaba jugando con el pequeño dragón.

—Necesito saber lo que pasó aquí.

—Te lo diré todo, creo, pero primero debemos llevar a ese a las mazmorras—señaló a Cell War.

—Está bien—Ryoh se alzó ante todos—.Ustedes deben coordinarse con los demás debemos despejar este lugar ahora.

Finn se acercó a Rayne tocando su manga.

—Hermano...

—Solo hazte un lado, me encargare de todo—le dijo soltándose de golpe.

. . .

En las cavernas, los recién llegados querían ir a sus casas con sus familias pero fueron sorprendidos por Orter, así que los rodearon, mientras que los demás tenían miedo por lo que les pasaría por quebrantar las reglas.

—¿Qué hacen aquí?

—Solo hemos vuelto.

Orter miró de reojo a Dot, siendo el hermano menor de Malta tenía especial atención en este. Abel se acercó a ellos y sacó de sus ropas un delgado hilo de plata que usó con gran maestría para enredar sus cuellos con él usando guantes para evitar tocar la plata directamente, solo un movimiento y sus cabezas eran cercenadas,

—¡Por favor, Abel no lo haga!

—Son solo inferiores, simples Omegas...

—Espera Abel, quiero escuchar sus excusas antes de matarlos—levantó la mano Orter.

Todos los licántropos cerca de la arena de duelos los rodearon, muchos de ellos se mostraban molestos otros preocupados, pero sin poder hacer nada al ser uno de los Alfas de la manada, incluso se podía sentir la tensión, pero todos sabían que Orter era tan fuerte como su padre y este heredaría el liderato de todos los clanes Lycan.

Dot tenía que hacer algo, ya en ese punto tenía que apostar por decir la verdad, así que dio un salto hacia enfrente, mirando a Orter y Abel directamente a los ojos.

—No dejamos el territorio, fuimos secuestrados, nos llevaron unos dragonoid hacia la Tierra.

—¿Crees que van a creerte eso?—se burló Abyss bajo esa máscara.

—No me lo van a creer, pero...traje esto—Dot sacó de su bolsillo trasero un trozo de carne que envolvió en un pañuelo, lo tomó del dragonoid que mordió en el cuello. El joven pelirrojo lo tiró al suelo, Abyss lo recogió y olfateó detenidamente.

—¿Abyss?

—Mi señor Abel, este aroma es de un dragón...

—Pero hace siglos que ya no existen, solo hay vestigios de huesos por las excavaciones—dijo Abel pero también tomó el pañuelo.

—Les dije, no miento, iba a llevarle esto a mi hermana, porque se que de alguna manera sus palabras tienen más peso que las mías. Yo luché contra ese dragonoid y lo vencí, este es mi premio y no son los únicos, ellos trabajan para alguien.

Dulce azúcar de sangre (Mashle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora