Capítulo 17 El asalto

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El educado invasor con inmaculadas ropas se presentó ante los líderes de las Tierras Oscuras, Finn, Dot y Lance sentían un aura poderosa de ese sujeto, la misma que sintieron el día que conocieron a Famin.

—¿Tú también sientes lo mismo?—le pregunto Dot a Lance.

—Si, lo siento—Lance dando un paso al frente, esa horripilante sensación de muerte que procedía de él bastaba para erizar la piel a todos.

—Chicos, díganme que no es un dragón—les susurro Finn, siendo escuchado por Carpaccio quien comenzó a reír.

—¿Un dragón? Que divertido, nunca he apuñalado uno—dijo, sacando su navaja, el elfo oscuro tenía la tendencia de herir a los demás para disfrutar el dolor, como lo hizo con Finn y hasta con el mismo, puesto que su tolerancia a este era sumamente alta, por no decir que no la tenía.

—¿Qué estás diciendo? No tienes idea de lo que pueden hacer.

El gran centauro con el ceño fruncido se dirigió al invasor, alzando sus patas delanteras al aire primero.

—¿Epidem? Y eso que, el irrumpir en una junta de esa manera, podria cortarte la cabeza.

Termopolita y Arianna se quedaron quietas, ellas también sentían que algo no estaba bien, en un abrir y cerrar de ojos, Epidem estaba frente a Hyperion, sus ojos fijos en los suyos, con un rostro oscurecido.

—Oh, en serio, lamento la intromisión, es que pensé que no estaban teniendo una charla especialmente afectiva, que tal para disculparme, puedo preparar un poco de té y dulces, adoro los dulces, estos puede hacer que la vida sea más llevadera, incluso puedo decir que hasta brindan paz y armonía, ¿no piensas lo mismo?

Sus palabras lejos de sonar amistosas eran tétricas, Hyperion tuvo un fuerte nudo en su garganta, pero no podía ser amedrentado por ese sujeto así que comenzó a reír.

—¿Té? No me hagas reír, nadie aquí es tan refinado, y lo que dije antes, cortarte la cabeza es en serio—saco su espada y la dirigió hacia él, el corte se suponía debía ser certero, pero la cabeza que rodo no era la de Epidem, sino la de Hyperion, el líder de los centauros cayo tan fácilmente.

Los gritos de los centauros que lo acompañaban enfurecidos por lo ocurrido se hicieron escuchar, mientras que los demás quedaron pasmados. El siguiente al mando de Hyperion tomó sus armas para atacar, Orter de inmediato se interpuso.

—Si van ahora, morirán, no tienen general.

Ellos obedecieron a Orter, quedándose en guardia.

—Pero que...—Termopolita se alzó en el aire, agitando sus alas.

Arianna por su parte usando sus telarañas subió a una rama, colgando desde arriba.

—¿Qué ha pasado?

Sin embargo, Epidem seguía tranquilo siendo el centro de atención, luego dedicó una mirada a los jóvenes vampiros y licántropos.

—Vaya, creo recordar que mi hermano Famin me habló de ustedes, ¿les apetece un dulce?

—Debes estar bromeando—Dot furioso por lo que había pasado en la montaña, rasgó su camisa y se transformó ante todos, el ahora lobo de casi dos metros con pelaje pelirrojo y grandes garras, gruñía al dragón.

—Que descortés, solo quiero brindarles una tarde especialmente bella.

—Deja de hablar tonterías—Lance junto a Dot queriendo cobrar venganza por lo que pasó antes.

Termopolita invocó a sus harpías para irse del lugar, abandonando a los demás a su suerte.

—No me quedaré a morir aquí.

Dulce azúcar de sangre (Mashle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora