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Ese suceso marcó el futuro de su historia juntos, aunque no lo quisiera aceptar por mucho que amará a su omega jamás podría vivir a sabiendas de que Yoongi realmente no estaba siendo plenamente feliz. Incluso llegó a pensar en tomar la iniciativa pero estaba tan estupefacto en cómo se habían desgastado que ponerle fin a todo solo lograría marcarlo más.

Últimamente convivían más, pero algo en Yoongi seguía ausente, no peleaban y mantenían conversaciones sobre el cachorro pero seguía faltando algo. Jungkook fue realista en un punto, es decir, Yoongi había tenido un embarazo que no fue del todo deseado pues su primera opción fue abortar, pero debido al tiempo lo hizo imposible y nunca consideró preguntarle si deberían dar en adopción al ese bebé, del cuál ahora parecía ser lo único que los mantenía juntos.

Quizás esos nueve meses no fueron realmente los más dulces de vivir al contrario, encima perder todo tipo de contacto con su familia y tener que adaptarse a otra. Su madre también era un factor importante para que su relación no haya funcionado, quizás debió poner límites pero eso no era lo realmente importante sino que en todo ese tiempo ninguna decisión fue del todo buena para su esposo.

Podría tener razón y el único que perdió mucho fue el omega, después de pasar por todo eso no debía esperar que fuese el mismo muchacho encantador que atrapó su corazón sería incluso egoísta obligarlo a serlo solo para que siguieran viviendo como una familia. Yoongi cambió en todos los aspectos. Su personalidad más seria y sombría, tenía sus momentos espontáneos pero ya no podrían igualar la ingenuidad de aquel entonces. Estaba considerablemente más delgado, ansioso y cansado, era fácil notarlo. Lo último que se le hubiese ocurrido sería llevarlo a terapia pero Yoongi fue por su cuenta y estaba actualmente en espera de un diagnóstico con visitas a un psicólogo.


Realmente Jungkook se encerró en una burbuja irreal, creyendo que con amor sería suficiente, ignorando la falta de estabilidad emocional de ambos para asumir un rol de padres, gozando de privilegios debido a su posición y pasando de Yoongi qué nunca los tuvo. Para él fue justo que se casaran, qué formarán una familia y que vivieran felices por siempre porque nada de su autonomía fue infringida durante ese tiempo, pero la de Yoongi, la individualidad de él se vio ultrajada y sometida a simplemente ser el padre y esposo.


Así que allí estaban en la sala, en el gran sofá mirándose para decir aquello que no querían pero era necesario, porque debían entender que amor y romance era tan distinto, y si realmente lo que sentían era amor pues iban a priorizar la felicidad de cada uno, por parte de Yoongi sabía que no era actualmente lo mejor para su esposo y someterlo a cargar con sus problemas solo sería desgastante pues entendía que Jungkook estaría dispuesto a darle todo su apoyo y soporte incluso descuidando su propio futuro, mientras que Jungkook estaba consciente ya que no podría interferir en la autonomía de su esposo, independientemente de todo, amarlo lo condenaba a aceptar que en ese momento debía soltarlo y dejarlo buscar su propio camino.


— Nos daremos un tiempo ¿cierto? _— dijo con su voz tan baja y calmada_—


— me gustaría que fuera un tiempo, pero yo_— tuvo miedo de decirlo pero lo hizo_— no confío en tu mamá, no quiero que me quiten a Jooha, necesito algo que de constancia de que debe quedarse conmigo también_—


— Jamás te alejaría de él_— dijo pero al ver como agachó la mirada supo que palabras no eran suficientes_— Entonces quieres el divorcio _—


— Sí... sería lo mejor, la custodia sería compartida y así no importaría qué, yo no te separare de Jooha y tú tampoco_—


Jungkook suspiró tratando de contenerse por la simple mención de aquello, significaba que realmente no volverían a estar juntos y que todo estaba terminado.


Come back to me [KOOKGI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora