Capítulo 25

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Apo gruñó juguetonamente cuando Mile lo tiró encima de su pecho sin dejar de besarlo. Se sentía extrañamente dulce esa noche. No habían vuelto a hablar sobre el tema del pasado de Mile, tampoco de Jeff o de algo en particular. Simplemente pasaban el rato juntos, explorando los alrededores de la casa o se pasaban las tardes leyendo, enredados entre los brazos del otro.

El ambiente era extrañamente pacífico y acogedor. Apo sentía como si hubiera vivido toda su vida con Mile. No era incómodo o abrumador. Era... simplemente correcto.

Apo se sentó a horcajadas sobre los muslos de Mile y lo besó profundamente. Mile colocó las manos en su cintura, luego su espalda, deslizándolas lentamente por la suave piel.

—Mmm—Apo se alejó con renuencia de los labios de Mile—¿Esto por qué fue?—preguntó, apoyándose sobre sus manos en el pecho de Mile—

—Mañana es tu cumpleaños —le dijo Mile sin dejar de acariciar su cuerpo —

—¿Cómo supiste?—Apo alzó las cejas genuinamente sorprendido—

—Sé muchas cosas de ti, Apo, pero esta en específico la tengo en cuenta por tu expediente—

—Qué romántico —Apo se burló y Mile le palmeó el trasero —

—No te hagas el gracioso—Mile le agarró el culo con posesividad—Tengo planes para ti—

Apo lo miró como un niño pequeño cuando se entera de que le darán un regalo. Mile había estado pensando en celebrar su cumpleaños a pesar de la situación. Eso significaba que le importaba, aunque se empeñara en decir lo contrario.

—¿Es eso así?—

—Ujum—Mile lo rodeó con los brazos—Me dijiste hace un tiempo que era algo que nunca lograste hacer en tu juventud, bien, aprovechemos la naturaleza para cumplir tu sueño—

Apo frunció el ceño totalmente confundido. No tenía idea de lo que planeó Mile. Había hablado tantas cosas de su niñez y adolescencia en la última semana que no recordaba nada, en lo absoluto.

—Bien...—Apo estrechó los ojos con sospecha—

Mile se rio y le robó un corto beso en los labios abultados y luego otro más porque quería y Apo rio junto a él.

—Apo, quería hablar contigo sobre algo—dijo Mile en voz baja—

—¿Qué pasa?—

Apo se apartó y se bajó de su cuerpo. El rostro de Mile estaba repentinamente serio, así que era un tema denso el que iban a tratar.

—Encontré la forma de contactar con Tong. Establecimos una reunión para la próxima semana—

—¿Una reunión?—Apo frunció el ceño—No podemos salir de aquí, Mile—

Mile se sentó y agarró su mano.

—Hablé con Bible—comenzó diciendo—Me debe algunos favores. Lo presioné para que nos mudara a mi pent house en la capital. Ese lugar tiene tanta seguridad como esta casa—

Apo se quedó más aturdido aún. Mile había hecho todo eso y no le preguntó su opinión, como siempre. Todavía se preguntaba por qué se sorprendía, Mile no cambiaría sus acciones dictatoriales de la noche a la mañana. Sin embargo, ¿qué favores serían esos como para que Bible accediera hacer algo tan descabellado? Los estaba liberando de la vigilancia del estado, prácticamente.

—Supongo que ya lo tienes todo arreglado—le dijo Apo—¿Alguna vez piensas pedir mi consentimiento u opinión para algo?—

—Apo, esto lo hago para protegernos—Mile le acarició el rostro, pero Apo lo apartó—No te molestes conmigo, solo quiero tu bienestar. Al menos esta vez te estoy informando con antelación—Mile buscó su mirada—

Dios de la guerra // MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora