Capítulo 27

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Mile no había parado de pensar en las palabras de Apo. Conocer a sus padres, a su familia, las personas que lo criaron. Si llegaban a dar ese paso estaría aceptando lo que él no quería. Que estaba loco por ese hombre y que haría lo que fuera por estar con él.

Apo lucía demasiado calmado para su gusto esa mañana. Estaba desayunando con lentitud, como si estuviera saboreando la tortura que le había impuesto desde la noche anterior.

—¿Hablabas en serio?—Mile dejó su taza de café en la mesa y miró a Apo —

—¿Sobre qué?—Apo mordió una tostada y continuó leyendo las noticias en su celular—

—Conocer a tus padres. ¿Eres serio al respecto?—Mile se inclinó hacia delante, expectante ante la respuesta de Apo—

Apo se tomó su dulce tiempo para masticar y tragar. Justo cuando Mile creyó que le iba a responder, el maldito bebió de su jugo.

—Por supuesto que sí, pero no será hoy—

Mile sentía que le subía y le bajaba algo muy feo en el pecho. Apo estaba disfrutando de estar jugando con sus nervios sin tener idea de lo que eso podría provocar.

—Mira—Mile respiró lentamente—Sé que lo normal sería que como tu pareja me presentes a tu familia, pero créeme, este no es el momento para bromear sobre algo así, Apo —

Apo detuvo su proceso de morder otra tostada y la dejó en el plato. Bien, admitía que solo quiso joder a Mile para que se durmiera pronto. No estaba tan loco como para presentarlo apresuradamente a su familia, no con la difícil situación en la que estaban.

—Bien, lo siento—Apo tomó su mano—Solo quería molestarte un poco, no provocarte un ataque al corazón—

—Casi lo logras con tus bromas de mal gusto—agregó Mile con tono aburrido —

—No creas que no te quiero presentar a mis padres, lo hago totalmente —aclaró Apo—Solo...es un poco complicada la situación en casa ahora mismo. Nosotros tenemos que resolver esto antes de pensar en algo más, ¿de acuerdo?—Mile asintió—

—¿Qué sucede, Apo?—Mile percibió un cambio en el lenguaje corporal de Apo. Se puso repentinamente rígido cuando habló de su familia—

Apo suspiró y negó con la cabeza. Ya tendría tiempo de hablar con Mile sobre el tema.

—Lo dejaré pasar por ahora, pero sabes que te presionaré para que hables—

Apo hizo una mueca y bajó la mirada. Mile era así, siempre. Tenía la costumbre de escarbar en él hasta dejarlo completamente desnudo, pero cuando era su turno se volvía cerrado y confuso. Eso lo enojaba, porque sentía que sus esfuerzos por sacar a Mile de su caparazón eran inútiles. Sin embargo, no lo expresó en voz alta y se limitó a asentir.

—Bien, come tu desayuno— dijo y retornó a su vaso de jugo—

Mile lo observó con sospecha. Apo le estaba ocultando algo. Su comportamiento no era normal. Estaba más apagado, más pensativo, más distante. Mile sentía que cada día que pasaban juntos se alejaban un poco más el uno del otro y él no quería eso. Así que una idea se formó en su cabeza para salir de la rutina.

—¿Qué te parece si vamos a dar un paseo?—propuso—

—¿Un paseo?—Apo alzó la vista—

—Sí, creo que necesitamos coger aire fresco. Tanto encierro hace que mi mente maquine cosas que no te gustarían saber—

Apo observó a Mile en silencio, pero luego de unos segundos simplemente asintió.

—Quiero llevarte a un lugar especial para mí—continuó Mile—

Dios de la guerra // MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora