Apo respiró uniformemente mientras trotaba a un ritmo rápido en la caminadora del gimnasio. Gotas de sudor perlaban su frente, abdomen y espalda. Sus músculos se contraían y aflojaban rítmicamente con cada movimiento preciso de sus brazos y piernas.
Había optado hacer ejercicio para aclarar su mente. El día anterior Mile simplemente lo inclinó en su escritorio y lo folló sin sentido. Todavía le parecía irreal el hecho de que Mile perdiera el control de esa forma por él.
Su agujero dolía como una perra ese día en la noche. Aún horas después de haberse duchado y aplicado ungüento seguía dilatado y sensible. Sus mejillas se sintieron calientes cuando tuvo que meter su dedo para aplicar el medicamento.
Mile se había mostrado preocupado por él, o lo más preocupado que podía mostrar con su característica cara de poker. Bueno, al menos tuvo la decencia de darle su espacio.
Música pop sonaba en el lugar a todo volumen. Necesitaba despejar, intentar dejar de pensar en Mile porque pensaba en él más de lo que quería admitir.
Poco a poco fue reduciendo la velocidad hasta que solo estaba caminando despacio.
Uno dedos fuertes y largos apagaron la máquina y Apo se giró.
—No he terminado de hacer ejercicio—le dijo a Mile—
—¿No crees que te estás excediendo? Llevas dos horas aquí, Apo—
Apo se bajó de la caminadora y se paró frente a Mile. Todavía tenía la respiración agitada. Las venas de su brazo estaban tensas, su pecho desnudo subió y bajó por su inhalación y exhalación.
—No, tengo mi rutina de ejercicios, Mile. ¿También quieres controlarme en eso?—
—Pura mierda. Estás huyendo de mí, no me tomes por estúpido, Apo—Mile lo miró con seriedad—
—De verdad deberías bajarle un poco a tu ego. No eres tan importante—
Mentira, sí lo eres. Apo aplastó ese pensamiento.
—¿Es así?—Mile se acercó más—
—Sí—
Apo alzó la barbilla y miró ceñudo a Mile. El maldito tenía su habitual expresión en blanco, por lo que no sabía lo que planeaba hacer.
—¿Entonces si te toco aquí me dirás que no te importa?—Mile colocó la palma de su mano en el pecho de Apo y la deslizó con parsimonia hasta rozar su pezón—
—Detén esto inmediatamente—gruñó Apo cuando le retorció suavemente su pezón—
—¿Por qué?—Mile lo miró con una emoción diferente en los ojos. Como si lo excitara ver a Apo desmoronarse por él—Pensé que no te importaba—
Mile siguió acariciado y pellizcando el pezón derecho de Apo y con la otra mano le agarró la polla con fuerza.
—Mmm, ya estás duro—Mile deslizó su puño de arriba a abajo por sobre la tela—
—Mile...—Apo utilizó un tono de advertencia que solo le sacó una sonrisa sádica a Mile—
—Quédate quieto—le ordenó Mile—
Apo no sabía por qué, pero obedeció. Mile tenía ese poder sobre él. Si le ordenaba con ese tono duro y bajo que hiciera algo, él no dudaría en cumplirlo. ¿Qué tan enfermo lo volvía esto?
Mile bajó la cabeza y chupó con fuerza el otro pezón. Apo gimió de sorpresa, pero instantáneamente enterró sus dedos en el cabello de Mile y lo acercó más.
Mile lo retorció y lamió para luego morder con la punta de los dientes. Apo siseó y movió sus caderas contra la mano en su polla.
—¿Qué estás haciendo?—los ojos de Apo aumentaron de tamaño cuando vio a Mile ponerse de rodillas y bajarle los pantalones—
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Dios de la guerra // MileApo +18
RomanceÉl es todo lo que está mal. Es guerra, es dolor, es sangre. Mile PhakPhum es una fuerza imparable que te aplasta sin previo aviso. Sus garras de control te asfixian hasta que caes en su juego retorcido. ¿Estoy enfermo por desear a este hombre como s...