Astrid Rizzati, es la sobrina de María Laura berch, ella tiene que realizar unas pasantías para la universidad en las que solo hay oportunidad limitadas para aplicar, es en un rodaje en el que su tía tiene un puesto muy importante, por lo que le ayu...
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2 años más tarde
Astrid pov.
Saliendo de una producción veo que tenía unas llamadas pérdidas de Feli así que lo llamo de vuelta.
-Al fin amor- dice apenas le contesto.
-Perdón gordo estaba ocupada, ¿Que pasó?
-Tengo las llaves del departamento.
Me dice de una y me quedo quieta en mi lugar.
-¿Estas viva?
Sonrió y le hablo de nuevo -¿Qué? ¿ya te las dieron?
-¡Si!
-Me muero me muero ¿me estás jodiendo?
-¡No gorda! Salí de trabajar y me avisaron que nos las entregaban antes.
Le sigo contestando con emoción y coordinamos para encontrarnos ahora.
No lo puedo creer, faltaba como un mes.
Hace un par de meses que veníamos pensando en mudarnos juntos porque Feli se la pasaba en mi departamento y quisimos buscar algo para ir juntos y conseguimos unos departamentos nuevos en un barrio muy lindo y moderno en Buenos Aires.
Supuestamente nos entregaban la llave como en un mes pero se adelantó.
Así que no puedo estar más feliz y ansiosa.
——
Una semana después nos estábamos mudando.
Cuando bajamos la última caja del camión de mudanza me tiro en el sillón suspirando y hago una mueca al escuchar el plástico crujiendo abajo mío.
Feli se ríe y se pone en frente mío apoyando las manos en la cadera.
-No era muy buena idea que te tires ahí si ni si quiera desenvolvimos el sillón.
Me levanto con pesadez- estoy muerta.
-Que vaga.
Le hago una mueca- que malo, no puedo creer que no te estés quejando.
-Es que si arrancas quejándote no terminamos mas- me señala el living y me quejo fingiendo un llanto- falta acomodar todo ahora.
Tomo aire y nos dirigimos a ver qué había en cada caja.
Por suerte solo era acomodar nuestras cosas y no teníamos que armar ningún mueble.
Empezamos limpiando todo a las nueve de la mañana y terminamos a las ocho de la noche.
Ahora si con la cama hecha y todo ordenado me tire ahí y el me imito.
Me acosté sobre su pecho y me acaricio el pelo.
-Ahora si- me sonríe- estamos mudados juntos.
Le doy un beso y me vuelvo a recostar- qué locura.
