capítulo dos: Simo y Buddha

367 28 0
                                    

Cuando los Einherjar se mudaron con Adán y Eva, se esperaban que la mayoría fueran rebeldes y violentos, pero no fue así.

Había algunos más revoltosos como Rasputín o Nostradamus, quienes cada dos por tres intentaban gastar bromas a todos, pero incluso ellos eran moderados con lo que hacían y sabían lo que estaba bien y lo que no. Un claro ejemplo de esto es cuando Carelia, la perrita que Simo cuidaba con mucho amor, desapareció por completo.

Los primeros culpables en la mente de Eva fueron los ya mencionados, pero al final se demostró que eran inocentes. Después empezó a sospechar de Lü Bu, que al final pudo comprobar su inocencia. Le preguntó a Leonidas y a Raiden, pero no querían responder, haciendo esto un problema. Al final dijeron que no habían sido ellos, y Eva los creyó. Su mente pasó a Okita, pero se notaba cuando éste mentía, lo mismo le pasó unos días después con Nikola. Sakata, Kojiro y Jack le contaron todo lo que sabían, que era lo mismo o incluso menos de lo que ya le habían contado los demás. Durante todo ese tiempo Buddha estuvo animando a Simo y ayudándole a buscar a Carelia.

—Pero yo no entiendo quién ha podido hacer algo así...— Eva escucha la voz del francotirador con atención. —Carelia nunca ha sido mala, ella siempre ha querido a todos— Su volumen es bajo y su voz está ronca, pues había estado llorando hace poco.

Buddha pone sus manos sobre sus piernas y se levanta con un gruñido, confundiendo a los dos presentes. Extiende una mano havia Simo y otra mano hacia Eva.

—Bueno, pues será mejor ponerse a buscar, ¿no? Seguro que Carelia te echa mucho de menos también— Dice, ayudando a los dos a levantarse y empezando a caminar hacia la salida. —Ah, pero, ¿por dónde vamos a ir?— Pregunta la madre, que va de la mano con su hijo menor. Buddha solo sacude la cabeza, casi diciendo que tampoco sabe, y sale de casa.

Después de dar un par de vueltas por su barrio y no ver nada, Eva está a punto de decirles que es mejor que se retiren, hasta que escuchan un ladrido. Todos miran en la dirección de el sonido y ven a Hades y Apolo con Cerbero y Carelia, que parecen muy pegaditos. Cuando los dos hombres se acercan lo primero que hacen es disculparse.

—Lo siento muchísimo, Simo— Dice Hades con total honestidad, —Cerbero se enamoró de Carelia desde la primera vez que se vieron cuando la estabas paseando, y es un perro caprichoso, entonces se escapó y ayudó a Carelia a hacer lo mismo...— Terminó, con arrepentimiento y tristeza en su voz. Apolo simplemente le dio la correa a Simo, quien la cogió con mucha alegría.

—No pasa nada, la verdad sí me estaba asustando, pero supongo que si Carelia quiere una cita con Cerbero, podemos intentarlo— Responde Simo, acariciando a su mascota y luego a la de Hades, ambos aceptando su cariño y moviendo su cola.

Eva queda cautivada al ver esta escena. Su hijo más joven, Simo, parece no tenerle rencor a ninguno de los dos 'implicados' en el robo de Carelia. Su otro hijo, Buddha, parece más que feliz y trata de ofrecerles algunas chuches a los otros dos, que las rechazan con una sonrisa en su cara. La mujer se agacha para acariciar a la perrita, Eva nunca lo admitiría pero realmente la amaba y la quería consentir siempre.

Lo primero que la madre hace cuando llegan a su casa es abrazar a sus dos hijos, mientras la misma sonrisa tonta que le había salido cuando vió la escena vuelve a aparecer. Los dos chicos se quedaron sorprendidos ante la repentina muestra de afecto y se miraron entre ellos. Buddha fue el primero en devolver el abrazo, y unos segundos después le siguió Simo.

—Simo, seguro que has estado muy preocupado durante estos días por Carelia, cariño.— Dice Eva mientras se los lleva al sofá. Cuando llegan allí ella se sienta y tumba a su hijo menor a uno de sus lados, apoyando su cabeza en su regazo y dándole un beso en la frente. —Descansa un rato, ella ya está en casa y feliz.— Su hijo cierra sus ojos con tranquilidad.

Después se dirige a Buddha. —Y tú, grandullón, te has encargado de que tu hermano mantenga su salud aceptable y de que descanse, tú también mereces dormir y unos cuantos mimos.— Entonces agarra la cabeza de su hijo más mayor y la pone sobre su hombro. Buddha se acomoda en el sofá y momentos después se duerme.

Entonces Carelia se acerca a ellos con una mirada curiosa. Ella jadea como de costumbre, dejando sus babas por el suelo. Eva la mira fijamente a los ojos y luego empieza a acariciarla, con cuidado de no despertar a nadie. La perrita se tumba a sus pies y empieza a roncar. Unos minutos más tarde, y sin ser consciente de ello, Eva cae en un profundo sueño.

Una vez más, Kojiro es el primero en bajar por la mañana. Ver a su familia así de unida lo alegra, aún más sabiendo que ahora están sentados en el sofá y no tumbados en el suelo. Decide prepararse un té para él mismo y otro para su madre, sabiendo que ella despertará casi de inmediato. En una bandeja pone las dos bebidas y unas galletas que Adán compró sabiendo que son las favoritas de Eva, y la lleva a la mesita pequeña del salón. Después vuelve a la cocina y le trae una chuche a Carelia, que igualmente no tardará en despertar.

La perrita despierta primera, tomando la golosina con alegría, pero el movimiento despierta a su madre. Eva, recién despierta, se extraña un poco, ya que el movimiento del animal fue brusco y según ella no tenía precedentes. Luego ve a su hijo y sonríe, sabiendo que él se está empezando a aprender los horarios en los que todos se despiertan.

Comen su desayuno en silencio, y cuando terminan Sasaki se encarga de llevar su bandeja a la cocina y preparar un zumo de manzana para Simo y un té para Jack, que siempre despiertan casi a la vez.

✶﹑¡𝐌𝐀𝐌𝐈 𝐄𝐕𝐀! | SNVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora