España, 10 de Marzo, 1985
Han pasado dos semanas desde que estamos aquí encerrados. No puedo decir que haya sido lo peor, pues no nos ha llegado a pasar nada y las chicas están bien, o eso creo. A veces llega gente a nuestra puerta a pedir ayuda, pero no podemos permitir que alguna persona más pase a nuestra casa, podrían estar... infectados, si así se puede llamar.
Son las siete de la tarde, Jess y Valeria están durmiendo a gusto en el salón una siesta, para intentar tranquilizarse. Lleva sonando un teléfono desde la cocina por aproximadamente 20 minutos, sé perfectamente quién es, sin embargo, no pienso contestar. Me daría tanta rabia volver a escuchar su voz, solo para que me empezase a decir lo de siempre, lo mucho que debería arrepentirme de haberlo echado de aquí. ¿Qué quién es? Nadie importante, solo un gilipollas más del montón.
Ya empezaba a anochecer y era hora de intentar hacer algo de cena, como todo el mundo era un caos, no había electricidad casi, solo una pequeña reserva que tenía la casa de mis padres. --Bueno, hora de guardar esto.-- Dije envolviendo una pistola que sostenía en mis manos y a continuación, guardándola en el cajón, cerré con llave y salí de mi habitación. Hace unos años que tengo ese arma, era de defensa propia, aunque algo ilegal, y no me malentendáis, no estoy metido en negocios raros ni nada, pero cuando vives en un mundo lleno de personas horribles, con dos chicas menores en tu casa y tú con 16 años recién cumplidos, es la mejor opción. Lleva ahí guardada unos años, a veces la reviso para comprobar que esté bien, pero casi no la he llegado a utilizar, y menos mal. Simplemente, me hace sentir más seguro, la única de mis hermanas que sabe de la existencia de la pistola es Valeria, ya que cuando yo me voy, ella es la que se queda con Jessica, sé que ya tiene sus 17 años, pero si algo le pasara, se me vendría el mundo encima, ella y Valeria tienen toda su vida por delante, yo... no es que haya tenido la mejor infancia, pero he intentado hacer lo posible para que ellas la tuvieran, así que no pienso dejar que ningún gilipollas les haga algo.
Ya en la cocina, la cual estaba al lado del salón, me dirigí a despertar a las chicas, pues dentro de nada había que cenar. No es que solamos cenar taaan pronto, pero las condiciones del ambiente lo requieren. Iba a cocinar algo fácil, huevos con salchichas y algo de bacon, puse algo de aceite en la sartén y después de unos segundos, eché el huevo, repetí lo mismo para en total hacer 5 huevos, las salchichas las comimos crudas, que no es lo mejor, pero hay que escatimar los gastos, y el bacon lo hice a continuación de los huevos.
La cena pasó con normalidad, aunque notaba que mis hermanas estaban más calladas de lo usual, entonces, Jess bebió algo de agua y se aclaró la garganta para hablar --Matt, cuánto tiempo tendremos que seguir así, ¿Qué pasa fuera?-- Me invadió una culpa juntada con curiosidad, yo tampoco sabía qué ocurría fuera de esta casa, en el exterior, lo único de lo que estaba muy seguro era que ese mundo exterior que conocíamos ya no era seguro, tampoco sabía exactamente qué responder a mi hermana, no quería asustarla más de lo debido, así que tragué el trozo de bacon que estaba masticando y le ofrecí una respuesta. --Yo tampoco lo sé, Jessica, pero mientras que nos quedemos aquí, estaremos a salvo--
--Y, ¿Qué pasará cuando ya no haya más comida, Matthew? ¿Pretendes llevar todo tú otra vez? Ese es tu problema, crees que si nos quedamos aquí de brazos cruzados sin hacer nada lograremos sobrevivir, y te equivocas. ¿Por qué no dejas que pasen nuestros vecinos? ¡Podrían ayudarnos!-- Opinó Valeria, en un tono bastante enfadado.
--Mira, si piensas que salir allí fuera y dejar pasar a gente de la cual no sabemos nada, ni sus intenciones es una buena idea, adelante, Valeria, pero yo no pienso dejar que entren personas que os puedan dañar, y mucho menos que salgáis fuera. Yo os pago la comida, la luz, el instituto, tus libros y todo lo que necesites, así que, lo mínimo que podrías hacer, es callarte y dejarme actuar.-- Expliqué, algo alterado, ¿De verdad le costaba tanto entender la gravedad de la situación?
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Muerte Acelerada
Fantasy¿Qué pasaría si un día el mundo entero es sometido a una abrumante oscuridad? Llena de muertes sospechosas y desapariciones sin ninguna pista sobre el paradero de aquellas personas. Poco a poco y aunque se trató de evitar, el pánico llenó las calles...