Narra Helena
Desperté asustada en un lugar que nunca antes había visto. Lo último que recordaba era sumergirme en el lago, aquel mismo que misteriosamente se había tragado a mis compañeros.
Al enfocar mi vista, visualicé un lugar extrañamente nostálgico, con arquitectura antigua; sin embargo, bella y llamativa. Sin dudar, era hermoso. A mi costado izquierdo, yacía inconsciente mi padre, sospechosamente habíamos acabado en el mismo lugar habiendo sido yo la última en caer. y aunque busqué por la zona, no había rastro de mis demás compañeros. Me levanté del suelo intentando no caerme por el tambaleo de mis piernas adoloridas. ¿Dónde habíamos caído? Miré al techo y me di cuenta del gran agujero que tenía, quizás nos habíamos caído por ahí, eso explicaría el dolor que sentía por todo mi cuerpo. Miré mis manos, magulladas por los escombros de nuestro alrededor, y con cuidado me acerqué a mi padre. Busqué su pulso, evidentemente estaba vivo, pero por un solo momento, mi corazón se paró al pensar en una idea contraria. Meneé a Sett de un lado a otro intentando despertarle, pero no funcionaba, estaba dormido, y mucho. Estaba muy asustada, no podía evitar pensar en dónde pueden estar Charlotte y los demás, ¿Y si ellos no habían tenido tanta suerte como nosotros? No, no puede ser. Charlotte es fuerte, Ian también y Jess es muy inteligente, seguro que son capaces de salir de aquí o incluso encontrarme, si es que estamos en el mismo sitio.
--Papá, ¿Me escuchas? -- Llamé por última vez, aún sin rendirme de que me diera una respuesta. Al final desistí, no me iba a contestar hasta que entrase en razón, y conociéndolo, tardaría un buen rato.
Estresada, opté por otra opción; en lo que mi padre despertaba buscaría una salida, o acertijo, o algo que pudiera ayudarnos a escapar de aquí o buscarle algún sentido al extraño sitio. Evité pensar en cosas malas y en que Charlotte estuviera herida y me preparé para buscar. Primero, analicé las paredes, en busca de cualquier mecanismo que me diera una pista, y detrás de unas enredaderas había una puerta de piedra redonda. Era extraña, unos signos que nunca antes había visto parecían escribir alguna frase en la parte superior de la puerta, y justo en el medio, un pequeño hueco con forma de mano que parecía ser la forma de abrir aquella puerta. Sin embargo, mi mano no funcionó, nada se activó, daba igual lo fuerte que la apoyara o si la rotaba, parecía que estuviera hecha a medida para alguien. Acerqué mi cara a la fría piedra y observé que en realidad, alguien ya la había abierto, pero la abertura era tan pequeña que no me di cuenta a primera vista. Volví marcha atrás hacia mi mochila que afortunadamente llevaba conmigo cuando caí al lago y busqué meticulosamente un cuchillo que había conseguido robar Ian en la anterior base. Me lo dio porque le pedí algo para que pudiera abrirme el camino entre las plantas.
Con determinación y algo de duda, volví a mi posible salida y clavé el cuchillo en la apertura, cabía perfectamente, como si hubiera estado planificado solo para mí. Me incliné hacia la derecha y puse todo mi peso en intentar abrir ese portón, rezando porque la hoja del arma no se doblase. Antes de que se partiera, logré abrirlo un cuarto más. pero todavía no era suficiente para que pudiéramos pasar, y menos mi padre, que era como el triple de robusto que yo. Intenté volver a repetir mi hazaña pero esta vez a fuerza bruta con las manos, pero no pude moverla mucho más de como estaba antes, quizás debería esperar a mi padre. Suspiré derrotada, estaba cansada, estresada, asustada... Y cualquier adjetivo negativo que se me pudiera ocurrir. No entendía absolutamente nada, y quién sabe si al otro lado de esta mierda de puerta habrán respuestas.
Sea como fuere, no habría nada que pudiera hacer si no tenía a alguien más al lado, tanto como por la fuerza necesitada, como por los posibles peligros a los que me tuviera que enfrentar. Volví cansada al sitio donde caí y me tumbé junto a Sett, intentando dormir mi incertidumbre y esperando a que se espabilase. Puse mi mano en mi pecho, justo donde residía mi corazón latente y miré al techo roto de aquel lugar.
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Muerte Acelerada
Fantasy¿Qué pasaría si un día el mundo entero es sometido a una abrumante oscuridad? Llena de muertes sospechosas y desapariciones sin ninguna pista sobre el paradero de aquellas personas. Poco a poco y aunque se trató de evitar, el pánico llenó las calles...