Base militar, 22 de junio, 1985
Narra Ian Müller
Eran las 6:30 de la mañana, el sol apenas se asomaba por el horizonte, y el aire aún portaba esa frescura de la noche. Me desperté algo desorientado por las alarmas y los gritos de los supervisores, miré a mi alrededor y encontré lo mismo de siempre, varias literas con personas en ellas.
Me alisté y peiné mi cabello rubio cenizo hacia atrás, me senté sobre mi cama para poder atarme las botas militares características de todos los que estábamos allí, y una vez estuve listo, pegué un golpe a la cama que estaba encima mía, en la que yacía Sett, digamos que no se suele levantar rápido, así que siempre me aseguro de que se despierte para que no le regañen y le pongan a hacer guardia de noche como castigo.
Todos los de la sala nos dirigimos al comedor, nuestra rutina de mañana era simple, nos levantaban a las seis y media, desayunábamos, hacíamos entrenamiento y después nos daban un descanso antes de la comida. Habiendo desayunado me acerqué a Charlotte para saludarla, charlamos un poco como de costumbre y me chivó los ejercicios que haríamos hoy. Charlotte era un par de rangos más alta que yo, así que de vez en cuando le cuentan las rutinas de ejercicio por si acaso necesitara ponerse de líder, y como tengo el gusto de ser su mejor amigo, me lo acaba diciendo a mí.
Una vez en el campo de entrenamiento, nos repartieron en filas y comenzaron a hacer el recuento, como siempre, aunque nos dividían en 4 campos distintos con 4 tipos de disciplinas diferentes entre sí, siempre era la misma formación; todos en fila, con otro grupo de filas enfrente, si nos ponemos técnicos, imagina un rectángulo partido por la mitad, cada cuadrado es un grupo de filas, de esta forma es más fácil contar las personas que hay. Muy lioso, sí, pero es lo que hay. Yo siempre suelo estar en la primera fila, y aunque nunca había prestado mucha atención a la gente enfrente mía, esta vez busqué muy meticulosamente a quien quería ver, y... ¡Sí! Ahí estaba Matthew, como me esperaba, al lado de su hermana, le vi hablando con un chico pelirrojo del que nunca había escuchado, aunque seguramente solo sea un amigo. Justo cuando acabó el recuento, un supervisor lanzó un grito para indicar que los entrenamientos iban a empezar ya, y que saludáramos. Matthew dejó de hablar con aquel chico para saludar y que no le regañaran, en eso, pareció encontrarme con la mirada y se quedó mirándome fijamente, cuando el supervisor anunció que comenzaríamos ya y nos leyeron nuestra rutina, sonrió y asintió como saludo, obviamente con esos aires de grandeza que llevaba siempre y que, sinceramente, envidio, me gustaría saber como responder a eso, pero simplemente sonreí de vuelta y me dispersé como me habían indicado para ir a ejercitarme.
La tarea era simple, abdominales, flexiones, una larga caminata y correr por 20 minutos, sí, veinte malditos minutos, una barbaridad, o quizás no tanto considerando que los supuestos cambiaformas nos pueden perseguir a grandes distancias por mucho tiempo. Pasé los primeros minutos corriendo despistado, mi mente no dejaba de darle vueltas y vueltas a las mismas preguntas una y otra vez, sin darme cuenta, me atrasé un poco en la carrera y recibí un grito de mi superior al mando como regañina. Intenté dispersar mis pensamientos y centrarme en mis piernas corriendo, en el aguante y en el ritmo, o al menos relajarme con el viento que chocaba contra mi cara, levantando suavemente mi pelo rubio, pero fue imposible, hacía unos días que no paraba de preguntarme ¿A qué nos estamos enfrentando realmente?
Después de eso, nos tocó hacer abdominales y flexiones, lo cual me ayudó a distraerme, pues hice equipo con Charlotte y no dejó de regañarme porque los estaba haciendo ''mal'' continuando nuestra rutina, nos dividimos en grupos para empezar la caminata, que solía rondar entre 15 y 20 kilómetros, dependía de qué tan cansados estuviéramos, esta vez no estaba Charlotte en mi equipo, y pude tomarme la libertad de entretenerme en mis pensamientos mientras hacíamos la caminata. Y ahí apareció otra vez, otra duda que me carcomía por dentro, en un sentimiento de intriga y a la vez emoción, y es que, ¿Cómo era capaz Matthew de robar esos papeles importantes, de tener tantos rumores rondándole y tanta reputación sea buena o mala? y sobre todo, aunque lo haya logrado, ¿Cómo es que lo ha hecho en tan poco tiempo? Sinceramente, necesitaba adivinarlo o me volvería loco, creo que tengo un tipo de adicción a los misterios, y Matthew es exactamente el misterio que necesitaba en este momento, me iba a divertir mucho investigando, aunque no estoy seguro de si me voy a arrepentir de lo que encuentre...
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Muerte Acelerada
Fantasy¿Qué pasaría si un día el mundo entero es sometido a una abrumante oscuridad? Llena de muertes sospechosas y desapariciones sin ninguna pista sobre el paradero de aquellas personas. Poco a poco y aunque se trató de evitar, el pánico llenó las calles...