25 de septiembre, 1985
Narra Jessica
Corre más rápido, era lo único que pasaba en esos momentos por mi mente, no me esperaba que al bajar la montaña me encontrase con mi hermano así, estaba asustada, no sabía qué hacer, estaba casi en shock. Me había paralizado totalmente a ver esa grotesca escena que me recordaba a mi infancia, pero un remordimiento y culpa llenó mi cuerpo de pies a cabeza cuando de un momento a otro estaba corriendo en busca de ayuda. Por el camino me tropecé más de una vez con piedras y ramas, estaba nerviosa y no calculaba bien nada, acabé con las manos ensangrentadas por las astillas y las rozaduras, necesitaba llegar con los demás y ayudar a Matthew, necesitaba ir rápido, lo más rápido posible, daban igual las heridas, la falta de aire, tenía que llegar.
Sin darme cuenta empecé a llorar de la impotencia, me repetía en mi mente y rezaba que mi hermano estuviera bien, soy una idiota, debería haber hecho algo, pero no habría podido aunque yo quisiera. Charlotte nos había confiscado a todos las armas para poder hacer recuento, lo que menos teníamos eran balas y eso le preocupaba más que mi hermano y yo, por eso, Matt no pudo defenderse y yo no traía ningún arma porque incluso cuando notamos que Matt estaba tardando no dejó que Ian fuese a por él.
''Es tu hermano, ya tenemos suficiente con que por su culpa nos hayamos retrasado, ve tú que por algo sois familia. '' Fueron sus frías palabras, según ella, no había nadie en esta montaña, pues por nuestra culpa ya nos habíamos quedado atrás. Estoy segura de que Charlotte no sabía que esto iba a ocurrir, pero por qué tenía que ser tan fría, calculadora y borde, ¿Qué le hemos hecho para que nos trate así?
Me centré en volver lo más rápido posible, ya tendría tiempo después para pensar sobre el poco compañerismo de mis amigos después. Llegué totalmente magullada, mis piernas pequeñas no podían correr tanto y esquivar a la vez, necesitaba más práctica, al llegar me di cuenta que el mar de lágrimas que salía de mis ojos y la falta de aliento no me dejaban explicar la situación, sollozando y como pude, traté de hablar.
--¡¿Jessica?! ¡¿Qué ha pasado?! ¿Dónde está Matthew? -- Preguntó Helena acercándose a mí rápidamente, Sett hizo lo mismo, y Charlotte parecía haberse dado cuenta del grandísimo error que había cometido.
--Yo... Yo.. Matthew... Él, él... -- Titubeé ahogándome en sollozos, me presionaban cada vez más para que les contase lo sucedido. Fue en ese entonces cuando Ian me agarró de la mano y me arrastró con él por el mismo sitio en el que había llegado.
--¡Ian! ¡¿A dónde coño vas con esa pist-- Regañó Charlotte al rubio. -- Cállate la puta boca, Charlotte, todo esto es tu culpa, voy a ver qué ha pasado con Matthew. --
Estaba casi o incluso más nervioso que yo, me pidió que le guiase hasta donde había visto a mi hermano por última vez, Ian corría mucho más rápido que yo, pero me tenía agarrada por la mano y podía más o menos llevarle el ritmo, esta vez no tropecé con nada gracias al rubio. Le iba indicando rápidamente el camino hacia el inicio del lago helado.
--Es aquí. -- Le indiqué susurrando, cargó una de las dos armas que llevaba y me la entregó para después hacerme una seña de silencio, la esperanza me invadió, pero todo se vino a bajo en el momento en el que al abrirnos paso entre los arbustos, aquellos hombres y mi hermano habían desaparecido, solté un grito ahogado al ver que lo único allí era el cuerpo de un hombre al que el líder del grupo había disparado en mi cara y lejos del cadáver unas manchas carmesí que se deslizaban por los micro-agujeros del hielo. No...No, no puede ser... ¿Cómo es posible? No había tardado más de 5 minutos en subir, y mucho menos en bajar, ¿Y mi hermano? ¿Dónde? ¡¿Dónde?! Era una pesadilla. Yo estaba quieta e Ian empezó a hacer perímetro, lo ocultaba, pero estaba igual de afectado que yo, le seguí en silencio, apuntando con mi arma por todos lados, aunque mis manos temblaban y sentía unas abrumadoras ganas de llorar y seguir culpándome, pero tenía que ser fuerte, por mi hermano. Después de que el rubio revisara el cuerpo sin vida del otro hombre se dirigió al charco de sangre en el hielo.
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Muerte Acelerada
Fantasy¿Qué pasaría si un día el mundo entero es sometido a una abrumante oscuridad? Llena de muertes sospechosas y desapariciones sin ninguna pista sobre el paradero de aquellas personas. Poco a poco y aunque se trató de evitar, el pánico llenó las calles...