Capitulo 1|La chispa Inicial

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FLASHBACK:

En un remoto rincón de la Academia Edén, dos niños de seis años se encontraron en una situación peculiar. Damian Desmond, con su actitud engreída y su aire de superioridad, se enfrentaba a Anya Forger, una niña de ojos verdes que irradiaba una valentía tranquila. Desde ese primer encuentro, su relación fue una mezcla de rivalidad y bromas.

A lo largo de los años, sus juegos y disputas amistosas los mantuvieron unidos, aunque a veces parecía que más bien los separaban. A pesar de sus diferencias, encontraban cierto placer en desafiarse mutuamente, sin darse cuenta de que cada roce dejaba una huella en sus corazones...

|Anya y Damián de 6 años|

En el opulento comedor de la Academia Edén, el aroma tentador de exquisitos platillos llenaba el aire, mientras los estudiantes se sentaban en elegantes mesas de madera pulida. Anya Forger, con brillantes ojos verdes, se sentó con su bandeja en la mesa central, donde los rayos del sol de la tarde se filtraban a través de las ventanas altas.

Anya observó con interés el plato principal del día, pero su atención fue captada por un montón de maní tostado en un tazón de cristal en la esquina de la mesa. Con una sonrisa de satisfacción, tomó un puñado y comenzó a saborear el crujido salado.

Al otro lado de la mesa, Damian con una sonrisa traviesa, se inclinó hacia adelante con una mirada juguetona en sus ojos. A su lado, sus amigos, Ewen y Emile, se unieron a su travesura con risas ahogadas.

— ¿Maní, Anya? ¿Eso es todo lo que vas a comer? ¡Pensé que en la Academia Edén podríamos esperar algo más que simples cacahuetes! —bromeó Damian con una risita maliciosa.

Anya levantó la vista, una ceja alzada ante el comentario de Damian.

— A Anya le gusta el maní , ¿eso es algo de malo ? —respondió Anya con una sonrisa, sin dejar de masticar.

Damian se rió, sus ojos brillando con diversión.

Que tonta, se nota que es una plebeya.

— ¡Claro que no! Solo pensé que alguien con un paladar tan refinado como el tuyo preferiría algo un poco más... ¿sofisticado? —dijo Damian con un tono exagerado, provocando más risas entre sus amigos.

Anya rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír ante la exagerada actuación de Damian.

— Bueno, mientras a Anya le guste, no veo por qué debería importarles a ustedes —respondió Anya con un gesto despreocupado.

Damian se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con una chispa traviesa.

— Tienes razón, Anya. Todos tenemos nuestros gustos. Por ejemplo, a mí me encanta... molestar a la gente. ¿Y tú, Becky? ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? —preguntó Damian, girándose hacia la amiga de Anya con una sonrisa pícara.

Becky se rió, jugando junto con la broma.

— Oh, no mucho. Solo disfruto de la buena compañía y de una buena comida —respondió Becky con una sonrisa amistosa.

Damian asintió con aprobación, pero su mirada se desvió hacia Anya con una chispa de complicidad.

— ¿Y tú, Anya? ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? —preguntó Damian con una sonrisa traviesa, sabiendo que estaba jugando con fuego.

Anya se sonrojó ligeramente ante la mirada intensa de Damian, pero decidió jugar el juego.

— Bueno, A Anya gusta... molestar a los niños engreídos que piensan que pueden intimidar a los demás —respondió Anya con una sonrisa desafiante.

La mesa estalló en risas ante la respuesta atrevida de Anya, mientras Damian se quedaba sin palabras por un momento.
Damián miro mas a Emile y a Ewen, sintió furia por no saber defenderse... sus amigos se dieron cuenta y empezaron a decirles cosas a Anya...

— ¿¡Quien te crees para hablarle así al Alteza Damián?! — gritan Emile y Ewen, y se van detrás de Damián..

Cómo puede atreverse esa tonta a hablarme así?

Después de terminar de comer se fueron a clases de literatura. Estaban leyendo un cuento e iban por orden para leer todos, se acercaba el turno de Anya y ella estaba dormida..

Que hace? Se acerca su turno para leer..

Becky le mueve el brazo y le muestra que va a ser su turno

— Forger su turno, siga con la lectura — La profesora la mira seriamente a Anya.

— eh sisi, Después de muchos años, las personas seguían teniendo rencores... —

Damián la mira leer y sonríe levemente, se da cuenta de eso, se sonroja y se enoja por dentro por hacer eso..

Que haces Damián? No tienes que hacer eso.

Terminaron las clases y cada quien se fue a su casa y Damián se quedó pensando en lo que hizo, negó todo y se fue adormir...

Juntos a la Aceptación | Anya x DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora