Juntos a la Aceptación | Anya x Damián

Capitulo 2| Choque de rivalidades

PRESENTE:

En el presente, Damian y Anya, ahora adolescentes de dieciséis años, se encontraban en la misma academia, pero mucho había cambiado desde aquellos días de infancia. Aunque seguían siendo los mismos niños traviesos en el fondo, sus interacciones habían adquirido una nueva capa de complejidad. Las chispas de rivalidad seguían presentes, pero ahora se mezclaban con una creciente conciencia de los sentimientos que se agitaban en su interior.

A medida que se enfrentaban a los desafíos de la adolescencia, Damian y Anya se encontraban en una encrucijada, donde las líneas borrosas entre la amistad y algo más comenzaban a definirse lentamente.

Clase de educación física (durante un partido de baloncesto):

La academia Edén estaba viva con la emoción de un torneo de baloncesto interclases, y Damian y Anya se encontraban en lados opuestos de la cancha. Mientras el partido avanzaba, las chispas de rivalidad entre ellos se encendían con cada pase, cada tiro y cada bloqueo.
Anya driblaba con habilidad, esquivando a los defensores con destreza mientras avanzaba hacia el aro.

— ¡Vamos, equipo! ¡Podemos ganar este juego! —gritó Anya, animando a su equipo.

Damian, el capitán del equipo contrario, la observaba con una mezcla de admiración y determinación.

— ¿Ganar? Lo dudo, especialmente con tu habilidad para tirar a la canasta —respondió Damian con arrogancia desde el otro lado de la cancha.

Con un rápido movimiento, Anya lanzó la pelota hacia el aro, pero fue bloqueada por Damian en el último segundo.

Ambos se quedaron mirándose por un momento, sus ojos reflejando  la intensidad del momento.

El partido continuó con intensidad, cada equipo luchando por tomar la delantera. Damian y Anya se enfrentaban en cada jugada, desafiándose mutuamente con cada movimiento.

Fuera de la cancha, en las gradas, Becky, la amiga de Anya, observaba con interés. Su mirada se desviaba entre el juego y los intercambios entre Anya y Damian.

Mientras tanto, en el otro extremo del campo, los amigos de Damian, Ewen y Emile,  observaban con atención. Ewen levantó una ceja al ver la intensidad entre Damian y Anya, mientras que Emile asintió con aprobación de que sea lo que sea Damián iba a ganar aunque Anya era mejor que el.

El partido llegó a su clímax, con el marcador empatado y solo segundos en el reloj. Anya tomó la pelota una vez más, con el destino del juego en sus manos. Con un movimiento rápido, lanzó la pelota hacia el aro, esta vez evitando el bloqueo de Damian y anotando el punto ganador.

La multitud estalló en aplausos y gritos de alegría mientras el equipo de Anya celebraba su victoria. Damian se acercó a Anya con una sonrisa de admiración en su rostro la cual intentaba ocultar.

— Tuviste suerte, no te emociones —dijo Damián

Estuviste bien forger, como siempre...

Después del emocionante juego de baloncesto,  Anya y Becky se encontraron caminando juntas por los pasillos de la academia.
Anya sonrió, el calor del triunfo aún palpable en su rostro. Becky la miraba con admiración, sus ojos brillando con entusiasmo.

— ¡Eso estuvo increíble, Anya! Realmente has mejorado desde la última vez que jugaste contra Desmond. ¡Estabas en fuego hoy! —exclamó Becky, emocionada.

Anya rió, elogios de su amiga siempre le daban un impulso de confianza.

— ¡Gracias, Becky! Fue un partido intenso, pero estoy feliz de que hayamos ganado. Sentí que todo nuestro trabajo duro finalmente valió la pena —respondió Anya, su voz llena de emoción.