23//𝙸𝚗𝚌𝚘𝚖𝚘𝚍𝚒𝚍𝚊𝚍.

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Roberto llegaría con dos mates.

- Uno para vos y otro para mí...- Los apoyó en la mesa mientras se sentaba en una de las sillas de la sala.

- Gracias.- Miró a la mesa por algunos instantes.- ¿...Por qué hiciste lo que hiciste ayer?

- Ah, eso...- Rober, aunque trataba de mirar hacia otros lados para hablar, sin embargo, se sintió obligado y lo miró a los ojos.- No sé... que estaba pensando, en verdad te quería pedir... disculpas.-

- No, no hace falta.- Se cruzó de brazos y apoyó su cabeza en los mismos por un tiempo, hasta que se levantó y caminó hacia su mochila, agarrando alguna muda de ropa que había lavado y se dirigió al baño a darse una ducha. Roberto, pensando que lo había incomodado, decidió dejarle una nota y salir a caminar un rato.

Aprovechando, llamó por teléfono a la casa de Tavella. Timbró por un tiempo hasta que alguien respondió, era el mismo bajista.

-¿Aló?

- ... Hola, Tave... Quería saber si querías ir conmigo al parque, por acá.

- ... Si, claro.

- Voy para tu casa.

. . .

Tavella se había despertado apenas cuando Roberto lo llamó. Consideró no contestar, sin embargo, por simple anécdota contestó. No sabía que era Roberto. Sin otra excusa, se levantó adolorido de la espalda debido a su mala posicion que tuvo toda la noche. Miró a través de su ventana, el día estaba nublado. Aparentemente llovería, había neblina que obstruía su mirada fija en un parque con juegos muy obsoletos que estaba enfrente de los edificios que conformaban su condominio.

Fue a bañarse rápido, cepilló sus dientes, acomodó su cabello aún húmedo, asimismo, se vistió con una sudadera azul y unos pans. Para terminar, se colocó los lentes.

Esto lo hizo a las prisas, ya que Roberto ya estaba golpeando su ventana con algunas piedritas que tiraba.

01.Mayo.2006.

Habían pasado veinte minutos. La pelea concluyó, Alvaro y Ricardo volverían a estar sentados en el sofá con la pequeña diferencia de que ahora ninguno hablaba y que Ricardo aveces soltaba pequeños gemidos entrecortados y respiraciones profundas gracias a que su pareja le estaba desinfectando las cortaduras que se había hecho.

Delicadamente se pasaba un trapo con alcohol y luego le ponía curitas, como si de un niño pequeño que apenas se acaba de raspar por andar jugando.

Se sentía profundamente mal. Sabía que Musso lo había hecho por su culpa, por no estar ahí para escucharlo mejor. Tenía un vacío en el pecho que era inentendible, tanto era su dolor, que no salían palabras para preguntarle el por que lo volvió a hacer, le desbordaban las ganas de llorar... Como si se estuviera ahogando en su propia marea.

Tantos eran los quejidos de dolor de Musso, que Alvin se detuvo.

- ¿Te lastimo mucho?

- ¿Vos que crees, pelotudo?- Pintos dejaría el alcohol y las curitas a un lado, para comenzar a acariciar con suavidad y lentitud las piernas de Luis; no de forma lasciva, sino, que con ternura y como si de un masaje de tratase. Esto le pareció humillante a Ricardo, ya que creía que Álvaro quería aprovecharse de él.

★//𝙀𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙮 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤//★ (((Titopo)))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora