★//𝙀𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙮 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤//★ (((Titopo)))

28//𝚁𝚎𝚏𝚞𝚐𝚒𝚘

Todo el grupo, incluído Campodónico, fueron para ver como estaba Tavella, sin embargo, lo dejaron descansar y fueron a dormir, pero Roberto no.

Insistió en quedarse hasta el amanecer con su amigo, todos accedieron y ambos se quedaron solos. Roberto otra vez se estaba quedando dormido, apenas podía abrir los ojos. Tavella, con igual de cansancio, se dió cuenta de esto.

- ¿No te querés ir a dormir?

- ... Creo que sí.

- Andate, nomás. Yo también tengo algo de sueño.

- ¿Seguro?

- Sí, dale.

- ... Bueno... Entonces nos vemos en un rato.- Roberto agarró la mano de Tave por un rato, hasta soltarlo e irse al hotel, dejando a Santiago solo.

El antes mencionado volteó a ver a sus lados, mirando toda la sala. Le dolía demasiado mover un mínimo de su cuerpo y, gracias al dolor, a la tristeza y al cansancio, cayó rendido.

No se despertaría hasta el anochecer, sin embargo fue una mala suerte para él haber despertado. Simplemente se seguiría sintiéndose como una mierda por dentro, era tan profunda la tristeza que sentía, que no expresaba nada.

Ni impotencia, ni lágrimas, ni enfado, ni amor salía de su cuerpo. Solo quería desaparecer por muchos días.

Se quedó despierto toda la noche en un gran silencio, una que otra vez una enferemera lo venía a visitar para ver su estado físico.

Por ahí de las tres de la mañana, volvió a dormirse, hasta que se encontró con la sorpresa de que Riki y Alvin estaban a lado suyo.

- ¿Tave?

- ¿Qué?

- Como dormís.

- Si, si...

- ¿Cómo te sentís?

- Bien, tranqui ¿Y Rober?

- Está con Gustavo.

- Ché, que raro decir eso.

- SI, creo que si... ¿Querés que vayamos a decirle que ya despertaste?

- No, está bien.

- Como quieras.

Como Alvin bien lo dijo, Roberto estaba en la sala en donde se encontraba este Topo.

- Hola... ¿Puedo ver al paciente?

- ¿Nombre?

- Roberto Musso.

- Si... Pase, por favor.- El vocalista agradeció, entró a la sala con la sorpresa de que había otra chica en la sala, Lucía.

Esta mujer y Antuña estaban platicando de lo más normal hasta que la presencia de Rober los interrumpió. Él tampoco sabía lo que sucedía, solo saludó.

- ... Hola...

- ¿Usted quien es?

- Soy Roberto...

- ¡Ah! El que ayudó a Gus, ¿No?

- Si, mucho gusto.

- Gusto en conocerlo, también. Soy Lucía, la novia de Gustavo. Me reportaron ayer el incidente y viajé lo más rápido que pude.