★//𝙀𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙮 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤//★ (((Titopo)))

31//𝙻𝚞𝚗𝚊

Este capitulo trata temas sensibles que pueden hacer que lector de incomode. Se recomienda discresión. 

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- Bueno, Juan ¿De qué querías hablarme?

- ... No pondré tú música en el álbum.

- ¿... Vos fuiste el que desapareció mis canciones, verdad?

- ... Acabé de hablar con Pintos, antes de que se fuera con Roberto. 

- ¿Sobre qué...? 

- ... Yo no quiero gente como tú en la banda. No es por que me caigas mal o algo así...- Ricardo se le quedó mirando por un tiempo con angustia. Campodónico se le acercó de manera fraternal (algo que él nunca hacía con Riki) y colocó su mano en el hombro de su contrario.- La banda no se puede arriesgar a tener a alguien con esta clase de... gustos.- En ese momento, Luis entendió todo. Se alejó con miedo y nerviosismo.- Te arriesgas... Nos arriesgas a todos a caer abajo. 

- ¿Fue Álvaro el que te dijo? 

- Si... Me dijo que lo molestabas constantemente... Y me da repugnancia.

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Juan se pusó de la altura de Musso, le quitó los lentes como si se estuviera burlando de él y lo observó fijamente. 

- ¿Tu haz pensado en lo que diría tu hermano? ¿Santiago? 

24.Mayo.2006

Roberto salió como una bala de su casa para ir en donde se supone debería estar Ricardo.

Cuando llegó, había un bulto enorme de personas iluminadas por las luces rojas y azules de las patrullas y las ambulancias. Cuando apartó a cada una de las personas que habían, en el centro estaba su hermano, sentado en el suelo con su mochila al lado mientras soltaba unos quebradizos y sutiles sollozos. 

Al mirar esa escena tan desastroza, no se acercó, solo se quedó ahí, observando como se hacía pedazos desde dentro. 

Susurró el nombre de su hermano, sin embargo él ni siquiera se percató de su estancia. En ese momento, la señora que había llamado a Roberto se acercó. 

- ¡Hijo mío! ¿Vos sos Roberto? 

- Si...

- Mirá, que tu hermano está muy mal, ayudalo.- Con inexpertis se acercó a su pariente de manera lenta. Se sentó a su lado durante mucho, mucho tiempo... 

La gente se fue, las patrullas y ambulancias también. Ahora solo fue una noche más en Montevideo, pero ahí siguieron los hermanos. 

No hablaban, no se decían palabras pero tampoco era necesario. Simplemente estaban sentados, viendo a las personas pasar y como cada vez eran menos los autos que cruzaban la gran ruta. 

Alrededor de una hora después (Osea, las 23:00 h) Roberto se levantó se limpió el polvó y ofreció su mano para ayudar a levantar a Riki. 

- No te quedés aquí. Es aburrido.- Luego de un tiempo, de unos segundos, Luis accedió a la ayuda.