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Me recoloco el vestido ajustado que me ha puesto el inepto de mi estilista. Maldito Ramsey y su obsesión con los árboles de mi distrito. He de decir que al menos no es tan patético como el que tuve que llevar en el desfile o en la entrevista a los tributos. Llevo un vestido de tubo con un entramado de corteza de árbol, con un solo tirante que pasa por encima de mi hombro y un elegante guante de la misma tela, sobre la mano donde me ha quedado la cicatriz del círculo de metal que me clavó Rhea, para evitar que matara a su compañero.

El vestido es demasiado estrecho y además de eso, es incómodo. Puede que antes de la arena a Ramsey no le importara que no fuera una chica con excesivas curvas, pero después de los Juegos, he perdido las pocas que tenía y al parecer, quieren que sus vencedores sean lo más atractivos y apetecibles posible. Me había pegado algo de relleno en las caderas, el culo y el pecho para simular lo que no tenía. Al menos eso era mejor que la alternativa. Al parecer a la mayoría de vencedores se le hacían retoques estéticos nada más salir de la arena, por suerte, yo estaba tan débil que han preferido dejar que me recupere primero.

Mi equipo de preparación ha estado todo el tiempo hablando de la cantidad de cosas que podré hacerme cuando llegue al capitolio una vez esté completamente recuperada. Yo tengo que morderme la lengua para no empezar a gritarles por haberme quitado las durezas de mis antebrazos. Aunque cuando cambian de tema para hablar de los juegos, casi que prefiero que vuelvan a los retoques estéticos.

Consigo desconectar hasta que Ramsey llega a por mí con el vestido que ha preparado. No tengo otra que ponérmelo intentando poner la mejor de las caras posibles y seguirlo hasta la zona que hay bajo el escenario donde se hacen las entrevistas.

Ramsey me abandona para irse con el equipo de preparación a darse los últimos retoques antes de su momento estelar. En la gala donde se hacen las entrevistas de los tributos vencedores, siempre se habla primero con el equipo de preparación y los estilistas. Su momento de gloria por el que todos matan. Después viene la entrevista con el mentor del vencedor y después, a quien todo el mundo está esperando, el vencedor de los juegos.

— ¿Estás nerviosa?

La voz de Blight me hace dar un bote en mi sitio, el corazón se me desboca en el interior del pecho. Tengo que empezar a acostumbrarme a dejar de ver a Blight como una amenaza, ahora estamos los dos del bando de los vencedores y teniendo en cuenta que él es el único vencedor, a aparte de mí, del distrito 7, probablemente tengamos que pasar bastante tiempo juntos de ahora en adelante.

— Algo. — Contesto sin entrar en conversación.

Desde que Ramsey me ha dejado aquí, no he dejado de repetir una y otra vez en mi cabeza el discurso que me ha hecho memorizar Finnick. El chico se ha hecho pasar por Caesar Flickerman, me ha hecho cantidad de preguntas y me ha corregido todas las respuestas que daba mal. Me ha dado instrucciones muy claras de lo que decir, pero a penas he tenido tiempo de quedarme con ellas antes de Shevon tuviera que llevarme con el resto del equipo para empezar a prepararme.

— Bueno, ya ha pasado lo más difícil. — Me contesta Blight intentando sacar algo de conversación. Él mejor que nadie debe de saber que eso no es cierto. Aunque probablemente esté intentando ser amable. — Johanna, quería pedirte perdón. Tenías razón antes de entrar en la arena. Me volqué únicamente en Luka en vez de atender a los dos. Pensé que al hacerlo le estaba dando una oportunidad de ganar al distrito 7.

— No tienes que disculparte. Lo entiendo. — Contesto con sinceridad. — Cuando un tributo gana, su distrito se llena la barriga durante unos meses, es lógico que pensaras que Luka tenía más opciones que yo. No te guardo rencor. — Bueno, un poco sí, pero yo también intento ser amable.

— Te lo agradezco. De todas formas me alegro de haber actuado así. Yo no podría haberlo hecho mejor que Shevon. Aunque todo el mérito es tuyo, por supuesto.

Los Juegos de Johanna - The 71stDonde viven las historias. Descúbrelo ahora