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Mi último día en el centro de entrenamiento y amanezco con el equipo de preparación al completo en mi habitación, de hecho lo que me despierta es el grito horrorizado de Cotorra 2 al encontrarse con el suelo de la habitación lleno de restos de comida. Cierto, no me preocupé de sacar los restos de mi cena. De hecho, cuando me molestó para meterme en la cama, únicamente le pegué una patada a bandeja. Total, para lo que me quedaba allí, no me iba a preocupar de dejarlo en buenas condiciones.

Shevon echa al chico a un lado y me saca de la cama para meterme en el cuarto de baño para que me duche mientras ellos avisaban a alguien para que recogiera el estropicio y limpiara la habitación.

Por suerte, la programación de la ducha me viene bien, y por primera vez durante mi instancia no tengo ningún percance. La temperatura es buena, el jabón huele bien, el champú me deja el pelo suave y sedoso y la alfombra al salir se encarga de deshacer todos los enredos que puedan quedar.

No me dan tiempo a vestirme, Cotorra 2 entraen el cuarto de baño dejando claro que no conoce el concepto de "intimidad" y me ofrece un albornoz para el camino que me separaba de la sala de preparación. El primer sitio que visité después de bajar del tren en el Capitolio.

Repasan mis piernas, asegurándose de que no queda un simple pelo que no quieran. Shevon corta a Tigris en cuanto propone de nuevo rascarme las durezas de los antebrazos y manda a Cotorra 2 a por maquillaje para disimularlas. Por el tiempo que están preocupándose de que mi piel quede perfecta, supongo que tendré bastante piel expuesta para la entrevista. No es algo que me desagrade, sin embargo, espero que la apuesta de Ramsey no sea muy "sexy", no quiero atraer más atención por parte de los profesionales.

En el descanso que me dejan a la hora de comer, me acerco al espejo para mirarme. Puede que sean todo lo superficiales que quieran, pero realmente han de ser buenos en su trabajo. No han alterado la forma en la que llevaba el pelo, pero lo han recortado para que no haya ni un pelo fuera de su sitio, de todas formas, me han dicho que lo dejarían para el final.

Ya han empezado con el maquillaje de mi cara. Han afilado mis pómulos así como el resto de ángulos de mi cara, parece que estoy algo más rellena de lo que estoy. La línea de los ojos me los hace más grandes y las gotas que me han echado para "hacer una prueba" ha hecho que estén más brillantes... Definitivamente, parezco más joven de lo que soy, aunque ahí no acaban los cambios. Los lunares y marcas del sol de mi cuerpo han desaparecido, así como las cicatrices de los diferentes accidentes que he tenido a lo largo de los años en los bosques. Como si nunca hubiera pasado... Sacudo la cabeza y me alejo del espejo, no me gusta, no soy yo. Yo tengo cicatrices, tengo manchas, no soy el ser artificial que me devuelve el reflejo.

Mi equipo come algo rápido y no tardan en estar de vuelta para los "últimos retoques" que siguen tomando un par de horas antes de finalizar. El recogido de mi pelo, pegado a la cabeza por los laterales con multitud de coletas por detrás, el flequillo perfectamente cortado. Más gotas en los ojos, tienen que retocar mi maquillaje cuando las gotas hacen que lagrimee un poco y por último, una inyección que no me dicen que es hasta que no me la han puesto.

— Hormonas. — Explica Shevon una vez Tigris ya me ha sacado la aguja del brazo. — Es para que no te baje la regla en la arena. — Añade. Pongo los ojos en blanco irremediablemente, al parecer no les molesta ver sangre de cuando decapitan a alguien, pero prefieren no ver sangre de regla. — Solo son anticonceptivos, a los chicos los hormonan más para que no les salga barba.

— ¿Y si ya la tienen? — Pregunto sabiendo que Luka suele llevar.

— Depilación y hormonación. — Contesta Shevon.

Pensaba que el hecho de que lo afeitaran en el desfile de los tributos, era únicamente por estética, pero al parecer al Capitolio le gusta que sus tributos sean cuanto más niños mejor, antes de que se maten.

Los Juegos de Johanna - The 71stDonde viven las historias. Descúbrelo ahora