Ya habían pasado dos semanas desde el aborto espontáneo de Giyuu, y Sanemi todavía no podía ver ninguna mejora en su estado de salud.
El Omega siempre estaba triste, había disminuido mucho su peso porque había dejado de comer, y además se sentía atrapado en una sensación de culpa insoportable.
Todas las noches Tomioka se dormía llorando y diciéndole a su Alfa que la pérdida había sido su culpa, porque no fue un buen Omega y su vientre estaba defectuoso.
Por supuesto que no era así, pero su amado Omega estaba tan absorto en esos pensamientos que no sabía como ayudarle.
Era una rutina agotadora, pero a su vez muy dolorosa. Ver todos los días a la persona que amaba llorando y sufriendo, junto a la idea de que el cachorro que venía en camino ya no estaba, también le provocaba daño a él.
Sanemi no podía simplemente desahogar su dolor y llorar en frente de Giyuu, porque el Omega se sentía más culpable y también lloraba de dolor. Lo que menos quería hacer era sacar más lágrimas de su amado Tomioka, pero ya no podía aguantar su sufrimiento como lo había hecho por 2 semanas.
Su corazón dolía cada vez que pasaba por la habitación del bebé y veía la cuna... ver la habitación hacía que en su mente existiera todavía el bebé, como si siguiera siendo una realidad, y todo porque Giyuu no quería desarmar la habitación todavía.
- No podemos desarmar la cuna... en unos meses va a llegar el bebé y no va a tener donde dormir si... si tu haces eso...
Tomioka seguía en negación... a pesar de llorar la pérdida todos los días, no faltaba el momento en el que creía seguir preñado y hablara del bebé como si todavía estuviera creciendo en su interior.
Tomioka estaba muy mal y no podía hacer nada.
Pensó en algún momento llevarlo a terapia, incluso ir ambos, pero su Omega no paraba de negarse. Él creía que si recibía terapia olvidaría la existencia de su cachorro, y jamás podría perdonarse algo como eso.
- Omega, no vas a olvidarlo, te lo juro por mi vida. Solo te van a ayudar a no sentir tanto dolor por nuestro cachorro, y a recordarlo como la bonita bendición que fue cuando estuvo en nuestras vidas...
Sanemi trató de sonreirle de forma gentil para tener su confianza, pero en el interior también estaba preocupado por olvidar al bebé. Supongo que son miedos que cualquier padre hubiera tenido.
Aunque no sabía si se podría considerar a sí mismo como padre. Jamás pudo cargar a su cachorro entre sus brazos...
Sanemi suspiró por la frustración y decidió tener la idea de la terapia en mente, para quizás reconsiderarlo más tarde. Caminó de forma lenta para no alterar a su Omega y después hayarlo en la habitación del bebé viendo las diminutas ropas que eran para el cachorro.
- Giyuu, qué haces?
Tomioka le miró teniendo enormes ojeras grises bajo los ojos.
- Estoy llenando las ropas de mi bebé con mi aroma. Quiero que él bebé siempre sienta a mamá cerca...
Giyuu frotó el pijama de bebé en su cuerpo y después lo olfateó con afecto, a lo que Sanemi apretó los labios e intentó contener las lágrimas. Esto no era sano para ninguno de los dos.
- Giyuu, salgamos a pasear.
Sanemi instintivamente dijo eso con tal de sacar al Omega de casa y poder distraerlo un poco. Creía que si hacía que Giyuu se olvidara al menos un momento del asunto, lo podría hacer sentir mejor.
- Uh? Alfa, estoy ocupado...
Giyuu dejó las prendas del bebé en la cuna y se acercó al Alfa.
- Solo demos una vuelta al parque, te parece bien, mi Omega? El día está lindo hoy...
Tomioka se acurrucó en los brazos de Sanemi y emitió un ronroneo, asintiendo con un leve movimiento de su cabeza.
- Está bien...
Sanemi jamás tuvo malas intenciones, pero... el parque estaba lleno de niños pequeños, bebés y algunos cuantos Betas y Omegas preñados.
Apenas llegaron, Tomioka empezó a llorar y a Sanemi se le apretó el corazón. Los llantos de su Omega eran su culpa...
- P-perdóname, Giyuu, yo... yo de verdad no quería que tú-
- Cállate! Perdí a mi bebé! Por qué todos pueden tener sus cachorros y yo no!?
Giyuu sintió una envidia gigante al ver todas esas familias numerosas con muchos bebés, sin poder entender por qué a él no le podía llegar aunque fuera solo uno.
Solo quería amar de forma incondicional al fruto del amor con su Alfa...
Acaso no servía para ser una buena madre?... sufrió tantos años con tratamientos de fertilidad como para que el mundo fuera tan cruel y le arrebataran a su cachorro.
Sanemi se secó rápidamente las pequeñas lágrimas que se formaban en sus ojos, cuando una idea vino repentinamente a su cabeza.
Podía ser la solución al dolor de su Omega...
- Giyuu, adoptemos un cachorro!
Giyuu dejó de llorar, quedando paralizado. Qué dijo su Alfa? Adoptar?
Los ojos azules del Omega brillaron de emoción, corriendo a los brazos de su Alfa en desesperación.
- De verdad? Podemos hacer eso? Sería nuestro cachorro?
Sanemi sonrió al escuchar que la garganta de Tomioka no paraba de emitir ronroneos de felicidad. Su Omega... su Omega estaba feliz!
- Sí, Giyuu. Mi amor... por fin te daré la familia que tanto deseas...
Sanemi acarició el rostro de Tomioka, a lo que el Omega sonrió y se refugió en sus brazos.
Quizás esa sería la última vez que vería a su Omega triste. Jamás le haría sufrir otra vez.
Después de una horrible espera, había llegado el día en el que por fin se convertirían en padres.
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Hola a todos!!! Cómo están?
Disculpen el capítulo tan corto y haber tardado tanto en actualizar 😔
Qué les pareció el capítulo? Espero realmente que les haya gustado!
Ideas para el futuro y opiniones las pueden dejar aquí :D
Sin nada más que decir, muchísimas gracias por leer hasta el final este capítulo!
Los amo!
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★Inconcebible /Sanegiyuu-Omegaverse/★
Hayran KurguA pesar de su amor y pasión el uno por el otro, Giyuu y Sanemi eran incapaces de concebir un hijo. A medida que pasaban los meses y los años sin resultado, con intentos fallidos y pérdidas dolorosas, Giyuu tenía miedo de que Sanemi estuviera insatis...