🥀Un Alma Frágil

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( SILENCIO )

- Ha... Vamos, puedes hacerlo - Susurro

( Respiración profunda y calma )

- No dudes, no temas... solo hazlo -
Se dice para si.

( Los parapados se cierran )

- Es por todos... Es por tu familia...
Y es por mi -

Sus manos se acercan apenas dejando unos centímetros de distancia; con delicadeza las va moviendo hasta formar un pequeño círculo, colocando una palma enfrentada a la otra.
Las respiraciones son tranquilas y firmes, nada más importaba en este momento mas que la paz que su corazón y alma debían sentir...

- Luxie... -

Para así,

- Com forshie... -

realizar aquello que más sentía que necesitaba hacer en estos momentos, entrenar.

Pero no realizar un entrenamiento cualquiera, o no, sino poder manejar a la perfección y hacer explotar todo su poder.
Sí, Jimin intentaría liberar el poder de Armeyn, el del Dios del Sol y la Luz de su persona, para así ser capas de luchar, liderar y proteger al reino.
A los reinos, que se encontraban en la desgracia más profunda de todas...

- E paix, vita y amor propagaré! -

Y así, luego de la última palabra dicha, las gemas de la Luna brillaron en su espalda al igual que sus ojos y de sus manos dos vibrantes esperas de luz flotaban eteriamente; en este momento Jimin estaba en su control total del poder de la Luz de Luna.

El joven omega comenzó a moverse por el salón oval, dando pasos lentos pero rítmicos, gesticulando con sus manos y moviendo las esféricas luces por todo el lugar, por primera vez estando en Armeyn, Jimin estaba bailando para si mismo.

La gracia y belleza con la que pasaba de un movimiento a otro era sublime, a decir verdad las cualidades de ser un omega a él le habían sido una bendición al momento, ya que así su capacidad de consentrar mayor energía del "cosmos" era superior a la de los demás y podía usarla a su favor para transformar cualquier belleza ligada a él en un arma para protegerse; así pasaba con la luz.

Jimin siguió bailando por todo el salón, recorriendolo a lo largo y ancho, enfocado en llevar su espíritu y a su lobo al punto más alto de poder que pudiese, y él no se rendiría hasta lograrlo pero...
Pero siempre pasaba lo mismo, antes de poder llegar a sentir esa presencia o fuerza desbordante en su interior algo lo frenaba; era una voz la cual le decía algo, pero más bien no era que le "dijera" algo, sino que...

- BASTA! DETENTE!... ME LASTIMAS! -

Cada vez que Jimin casi lograba avanzar, esa maldita voz gritaba en su cabeza, haciendo que el omega peridera la concentración, paz y perfección alcanzadas; por lo que hasta este día Jimin aún no podía ni siquiera liberar verdaderamente su poder.

A Jimin realmente le molestaba esa voz, siempre que aparecía era en medio de gritos y hablando de una manera tan exagerada que pareciera que su voz era de mando cuando pedía porque el baile de invocación de fuerza de Jimin se detuviera; pero lo que más desconcertaba al joven, era que ya hacía un tiempo que no escuchaba voces y menos aún, una voz la cual era completamente extraña pero familiar a la vez.

Y nuevamente los intentos de Jimin por evitar a esa voz fallaron, otro día en que no lograba ser más poderoso... otro día en que se preocupaba por su pancita ya bastante grande... y otro día, en que Jungkook no volví al palacio de Luna Oris.

Jimin caminó hasta uno de los inmensos ventanales del salón y lo abrió, dando paso a su salida al jardín trasero del ala oeste.
A los segundos llegó a una banca y se sentó; por un momento hizo silencio y contempló las flores, éstas ya estaban descoloridas, el otoño se acercaba.

Sí... ya había pasado casi un año desde que Jimin había llegado al reino de Armeyn, y prontamente estaría celebrando su cumpleaños número 20 junto a toda su nueva familia; a demás él pensaba que su cachorro talvez nacería en su misma época del año y eso hacía que Jimin se sintiera realmente feliz por tener ya de ante mano algo en común con su cría.

- Ha... -

( Monólogo o diálogo con su cachorro en desarrollo )

- Qué crees que esté haciendo papá, mmm?... -

Dice Jimin mirando su pancita ya bastante grande y acariciándola dulcemente.

- Lo extraño mucho... Tu papá es muy bueno, dulce y valiente, lo amo por todo eso y más... Estoy seguro de que tú lo amaras mucho y él a tí, así como yo los amo a ambos -

Expresó con voz sedosa y en tono bajito dirigido a su vientre.

- Jm... Sí, te extraño mucho mi "amado Sol"...

Por favor, vuelve -

Mientras decía esto Jimin levanta la mirada y frente a él se encuentra uno de los lobos de su ejército.

- Príncipe de la Luna - Se reverencia el lobo ante Jimin.

- Mi leal guerrero, ven - Ordena Jimin a lo cual el lobo se acerca más al joven.

- Qué ocurre? - Pregunta Jimin.

- Su alteza, e venido a usted con un mensaje del Príncipe Jungkook -

Al escuchar esto los ojos de Jimin brillaron internamente con ansias de saber que noticias de su amado obtendría.

- Bien, pues qué es aquello que dice el mensaje? -

El lobo procede a hablar.

- Los ataques a los demás reinos son cada vez más frecuentes, los campamentos de refugiados cada vez son mayores al igual que las muertes, por lo que el príncipe Jungkook a decidido quedarse unos días más... Ademas los Oscurus están comenzando a poseer gente de los pueblos... - Los ojos de Jimin se abren con asombro y angustia. - Pero me a pedido que le diga que para la última luna creciente volverá para el parto de su cachorro, y que porfavor no olvide que usted es muy importante para él y que lo ama con todo su corazón.

- E~ eso es todo?... - Preguntó Jimin vacilaste y con la mirada baja.

- Sí príncipe -

- Entonces, ya puedes retirarte - Dijo Jimin.

Y el lobo volviendo a realizar una reverencia se marcha del lugar.

Jimin queda solo, en el silencio.
Sus ojos se aguaron al instante y el sollozar era lo único que podía hacer, como si fuera un reflejo.
Con impetud aferraba sus manos inchadas a causa del embarazo a sus piernas, quedando así como un pequeño ovillo.

Tan solo faltaban dos semanas para el nacimiento de su cachorro y a Jimin le dolía saber que Jungkook aún no regresaba para estar a su lado, realmente le angustiaba que su Alfa no estuviera allí para él en este tiempo tan cercano al parto, pero a la vez Jimin sabía que lo que su amado Kookie estaba haciendo era muy importante, éste si era todo un dilema para el pobresito omega.

De verdad extrañaba mucho a su compañero, y en un hilo de voz ahogado en lágrimas solo pudo decir al aire...

- Y~yo también, - un hipo lo interrumpe. - te a~amo con todo m~mi... corazón -

Y con un gran pesar vuelve a acurrucar su cabeza entre sus piernas y deja que el llanto y sus quejidos se trasladen como una melodía desvivida por todo el lugar; ahora Jimin sentía, que era un alma frágil.

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Lloré cuando leí para corregir errores ortográficos, estoy sentimental con este cap, jeje

Pero nuestro pequeño Jimin ya está por dar a Luz. ^v^

Próximo, cap. 43

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