✨️Lavanda y Miel

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Era denoche, el celo de Jimin había acabado y ahora, ya en sus formas humanas, ambos jóvenes dormían plácidamente abrazados.

El silencio reinaba en todo el castillo, pero a lo lejos, comenzó a sentirse un murmullo...

Jimin arrugó su frente un poquito, luego abrió sus ojos y se frotó la cara con su mano. Se liberó del abrazo y se sentó en la cama, en el silencio volvió a sentir ese ruido con más claridad, era una voz... estaba cantando.

Jimin se apresuró a salir del dormitorio mientras se colocaba una bata de seda, comenzó a caminar en dirección a la voz, podía distinguirla, era una voz familiar para él, pero no sabía de quién era exactamente.

Sigue caminando con prisa hasta llegar a una habitación del castillo a la cual jamás había ido; era un inmenso invernadero, pero había algo extraño en él, en lugar de plantas, habían esculturas de mármol.

Jimin comenzó a recorrer el lugar, miraba con curiosidad cada estatua, algunas harán de niños, otras de bellas mujeres y había una que...

Que se parecía mucho a él...

Jimin se asercó a la escultura de igual tamaño que él, extendió su mano queriendo tocar la mejilla de ésta pero algo lo interrumpió.

Una luz se hizo presente en la sala, Jimin quien estaba de espaldas giró bruscamente para quedar de frente a luz.
Era una esfera luminosa, de color dorado intenso, de forma etérea flotaba en el lugar.

Jimin la miraba desconfiado, pero tomó coraje y decidió hablar.

- Q- quién eres?... Qué quieres?... -

La luz no se movió, pero de la misma comenzó a percibirse un sonido, era esa voz, la canción, él la conocía.

Cuando la melodía cobró sentido para Jimin, simplemente lo soltó.

- Angel, don't fly so close to me,
I'll pull you down eventually,
You don't wanna lose those wings,
People like me break beautiful things -

Al pronunciar las última dos palabras, su voz se vió acompañada por otra, la luz comenzó a deformarse, lentamente fue acercándose al piso y tomando nueva forma, cuando finalizó esta transformación, los ojos de Jimin se abrieron de par en par...

La luz se había convertido en!...

- Eres yo... -

Fue lo único que Jimin pudo decir en su pleno asombro.

La figura luminosa sonreía dulcemente, ésta era exactamente como Jimin, parecía su gemelo, pero la diferencia era notoria, uno era la representación de la Luna y el otro la del Sol.

En ese momento a la cabeza de Jimin le vinieron mil preguntas, pero no podía hablar, no le salía nada por la boca.

Entonces escuchó a la luz decir con total dulzura y serenidad.

- Tranquilo... pronto todas tus preguntas tendrán su respuesta... Solo que el momento aún no a llegado. Pero cuando llegue, sabrás que hacer... -

Del otro lado de la habitación, por la puerta entraba Jungkook, quién había corrido hasta allí.

- Esa voz, la voz! - Exclamó.

Entonces la luz se giró y ofreció a Jungkook una dulce sonrisa y unas palabras.

- Cuando llegue la hora deja que tome la decisión correcta... -

Y de un momento a otro, la luz desapareció en un fuerte respaldo.

Jimin y Jungkook se miraron confundidos.

Jungkook se acercó a Jimin y lo tomó de las manos.

- Él, él... era igual... -

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