Show me where I belong (Minsung)

Capitulo 14: Cediendo

Minho nunca había estado en este bar, pero no estaba muy lejos y Félix le había hablado con cariño. No era demasiado grande y la iluminación era una mezcla de amarillo cálido y morado. La música no estaba demasiado alta, por lo que era posible hablar por encima de ella y tenían mesas de billar que ocupaban la mitad del espacio.

El camarero les sonrió cuando llamaron su atención y les pidió su pedido. Jisung se había vuelto pequeño y silencioso en el momento en que entraron en el lugar lleno de gente, por lo que Minho no dudó en ordenar para él. Rápidamente lo arrastró hacia una mesa de billar libre y lo ayudó a quitarse la chaqueta. Tan pronto como se instalaron, Jisung pareció vivir un poco más. Brillaba a la luz con todo el brillo que Félix le había puesto y ahora parecía una galaxia de estrellas. Minho no pudo evitar sonreírle mientras se llevaban las bebidas a los labios. Era una bebida afrutada y el vaso estaba frío contra sus labios.

—¿Alguna vez has jugado al billar? — preguntó Minho mientras dejaba el vaso a un lado y preparaba la mesa para una partida.

Jisung negó con la cabeza, haciendo que sus rizos volaran alrededor de su cabeza —Nunca, pero estoy seguro de que te venceré de todos modos.

Minho soltó una risita ante la confianza —¿Quieres apostar algo?

Jisung se rió —El perdedor tendrá que llamar al ganador 'mi Señor' por el resto de la noche.

—Mi señor— repitió Minho poniendo los ojos en blanco —Claro.

Era una tontería y ninguno de ellos parecía realmente interesado en el juego al final. Jugaron, olvidándose de lo que estaban haciendo incluso la mitad del tiempo, pero Minho no podía recordar la última vez que se había divertido tanto. A pesar de que estaba bastante seguro de que también había sido con Jisung. Fingía hacer trampa en el juego y Jisung fingía enojarse. Eso los hacía discutir entre sí y luego reírse hasta que a ninguno de ellos les quedaba aire en los pulmones.

Jisung resultó apestar en el billar, pero eso no importó porque Minho no tuvo ningún problema en fingir que apestaba aún más. La euforia absoluta de Jisung cuando fingió meter la pelota equivocada por error valió la pena de todos modos.

Las mejillas de Minho estaban rosadas y sus ojos brillaban cuando se encontró con su propia mirada en el espejo del baño algún tiempo después. Se lavó las manos lentamente mientras se miraba a sí mismo. Se veía tan feliz... Se sentía muy feliz. Era extraño cómo un hombrecito tonto con ojos de dibujos animados y una risa divertida podía hacerte eso.

Sacudió la cabeza, tratando de parecer menos un idiota sonriente mientras salía del baño. La vista con la que se encontró ayudó, Jisung estaba de pie en su mesa de billar, pero no estaba solo. Un tipo se le había acercado y claramente estaba coqueteando con todas sus fuerzas. Había apretado a Jisung contra la mesa y le sonreía con demasiada dulzura.

Minho no pudo hacer que su cuerpo se moviera al verlo. Esta no había sido la razón por la que había sacado a Jisung, ni siquiera cerca. Había querido pasar tiempo con él y había querido mostrarle a Jisung que podía sentirse libre como quisiera ser, pero esto...

Minho se tragó el nudo que se formaba en su garganta cuando el pensamiento lo golpeó, esta también era una forma de mostrarle a Jisung que había una vida diferente para él. No era solo Kangmin quien lo quería, obviamente. Jisung era un buen partido. Era divertido, dulce, talentoso y muy hermoso. Por supuesto otras personas estarían interesadas, a pesar de lo que pensara Jisung. Era evidente en ese momento con la forma en que el tipo lo estaba mirando en ese mismo momento.

Pero Jisung no parecía cómodo. Parecía un animal acorralado y todos los pensamientos de renunciar a su propia noche divertida con Jisung, para dejar que lo anotara un tipo, con suerte, agradable, volaron por la ventana cuando Minho comenzó a moverse. Aceleró el paso para llegar allí cuando el hombre levantó una mano y la colocó demasiado alta sobre el muslo de Jisung.