Capítulo XI

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Sarai se quedó paralizada observando con horror al enorme juguete frente a ella.

Ollie se equivocaba ...

No solo quedaba Catnap ...

Frente a ella se encontraba la versión gigante de Dogday o bueno, lo que quedaba de él ...

Estaba colgado de brazos y cuello como si estuviera crucificado, estaba manchado de sangre y lucía bastante demacrado. Pero eso no era lo que horrorizó a Sarai ...

Estaba cortado por la mitad y no era un corte limpio: parecía como si le hubieran arracado su otra mitad con bastante fuerza. Y sus ojos eran totalmente negros a diferencia de los Catnap, como si hubiera perdido toda esperanza.

- ¡Tú! ... Eres el ángel de Poppy, - a Sarai le sorprendió la grave voz del perro. Era muy diferente a la de su cartón, - Viniste a salvarnos ... - el perro bajó la cabeza con desesperanza, sus orejas tapando su cara sonriente, - Pero no queda que salvar, no aquí ...

Goldie dio un pequeño gemido luciendo igual de horrorizado que Sarai mientras que el mini Catnap bajaba sus orejitas.

Por otro lado, Sarai salió de su estado de horror y dejó la lanza en la pared mientras desenvainaba su machete.

- Estas en la casa de Catnap, ángel. Su hogar, - el perro seguía mirando al suelo, hacía mucho que había aceptado su destino ... no se daba cuenta que la humana se había metido en su celda, - Millones de pares de ojos te miran, observan, aguardan con hambre. Solo quieren meterse debajo de tu piel y devorarte pedazo a pedazo ...

De repente el canino sintió como la presión de su cuello desaparecía al igual que escuchaba el cuero de una corrrea ser cortado.

- ¿Á-Ángel?

- Te equivocas ... aquí todavía queda algo que salvar, - el perro sintió una mano humana sujetando su torso cuando de repente uno de sus brazos fue liberado de sus ataduras, cayendo a su costado. Alzó la cabeza para mirar a su salvadora: era una mujer joven y lucía bastante fuerte y atlética, la determinación brillaba en sus profundos ojos dorados, - ¡Y esos pequeños demonios pueden irse al carajo!

Con ese último grito cortó las correas restantes, provocando que todo el peso de Dogday cayese sobre ella. La peliblanca flexionó un poco las piernas para aguantar mejor el peso del perro mientras lo dejaba en el suelo con delicadeza ... solo su torso era del mismo tamaño que Sarai.

Lo dejó en el suelo con cuidado de no agravar sus heridas y Sarai notó como el juguete gigante empezaba a temblar.

- ¿Dogday? - Sarai agarró al perro por el mentón, alzando su cabeza a la vez que apartaba el pelo de sus orejas de su cara.

- ¿Á-Ángel? ¿P-P-Por qué has ...? - Dogday temblaba como una gelatina a la vez que de sus ojos negros salían gruesas lágrimas, - ¡Mírame! ¡S-Soy un monstruo! ¡Y en mi estado solo voy a relentizarte ..! ¡No quiero que mueras por mi culpa! ¡Déjame ... por favor!

- ¡Ni de coña! ¡He logrado salvar a las criaturas más insalvables de esta fábrica y TÚ no te vas a quedar a atrás! - Sarai agarró los hombros de Dogday con fuerza haciendo que el can la mirase a los ojos fijamente, - Sé como es el aspecto de un monstruo y puedo assgurarte que TÚ no lo eres. Ni tú, ni ningún otro juguete de la fábrica ...

Dogday volvió a bajar la cabeza mientras tiritaba, las lágrimas saliendo sin control de sus ojos negros.

- Soy un asco de lider, - sollozó desesperanzado, - No pude salvar a ninguno de mis amigos de esa ... cosa. Y tampoco pude evitar que mi mejor amigo fuera manipulado por ÉL.

- Oh, Dogday, - la peliblanca abrazó al pobre perro, acariciando su espalda con dulcura, - Hay cosas que están fuera de nuestro control ... estoy segura que hicisto todo lo que pudiste.

El Ángel (Poppy Playtime fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora