Boda

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Diane Gant

— buenos días— le dije a mi esposo entrando a su habitación —. Sabes jamás se me pasó por la cabeza que tú fueses mayor que yo... ahora entiendo un poco tu mal genio

Bese su frente y me senté a su lado

— felices veintidós amor

A King nunca le había gustado celebrar su cumpleaños, o eso fue lo que escuché de Helbram, quien todos los años intentaba hacerlo sonreír por estas fechas, pero el castaño siempre se mantenía serio

Recosté mi cabeza cerca de una de las manos de mi esposo, y ya en calma, conseguí cerrar los ojos y dormir un poco al lado de él

Necesitaba a King como nunca antes, papá se casaría en dos semanas, y yo... me sentía destruida por dentro

— te ves hermosa con ese vestido —me alagó Merlin desde mi cama, bajé mi mirada—. ¿Quieres seguir viendo más opciones?

Me senté al lado de ella, entrelazando mis dedos y jugando con mi asortija de matrimonio, mi corazón se sentía destruido, no solo por que King estaba en coma sino porque tenía miedo... Miedo de que papá se olvidara de mí

— no quiero ir a esa boda .... No quiero ver como mi padre ama a otra mujer... una que no es mi madre... soy una maldita egoísta

— El señor Gant merece ser feliz.... Tú y el han pasado por mucha mierda .... Ambos merecen un reinicio, y tú ya tuviste el tuyo con King, es su turno

Mire mi mesita de noche, allí reposaba el último invento de mi mejor amiga, un chip capaz de rastrear y escuchar en tiempo real lo que hay alrededor de la persona que lo porte

— Ya tengo el regalo de bodas —dije sonriendo—. Margaret no será mi madrastra... nunca

— no hagas alguna tontería

— no haré nada.... Serás tú quien se lo ponga

— joder....









[***]










Quedaba un día para la boda, y seguía sin tener las evidencias necesarias para hacer que mi padre no se case con esa mujer, estuve más de dos días frente a ese aparato escuchando las conversaciones sin sentido que tenía la mujer con sus amigas, cosas tontas e inútiles

Quería ver a King pero había sido tanta mi preocupación por perder a mi progenitor que postergue mis visitas a mi esposo

Cuando vi que faltaba menos de tres horas para la tan ansiada unión decidí irme a visitar a mi castaño al hospital, entré a la habitación y apenas lo hice una bonita sonrisa se formó en mi rostro

King estaba allí, con los ojos abiertos, mirando con confusión y curiosidad todo a su alrededor, sus mejillas tenían de nuevo su color, y esos bonitos caballos castaños seguían igual de despeinados

Parecía como si él hubiese estado hundido en un profundo sueño, pero ya había despertado, estaba aquí

Estaba de nuevo conmigo

— Harlequin .....

Sus ojos se pusieron sobre mi de inmediato y varias lágrimas se deslizaron por mi mejilla

— no te muevas —dije acercándome a él, acariciando su rostro con cariño —. Estoy aquí amor, tu esposa está aquí contigo

— mi esposa ... mía ...

Sonreí mientras asentía

Las enfermeras llegaron a la habitación y aunque intenté hacer de todo para que no me sacaran las malditas me dejaron afuera mientras lo examinaban

Gracias a las lágrimas que habían brotado de mis ojos segundos atrás mi maquillaje para la boda estaba arruinado

Pero no importaba, no cuando pude ver una vez más esos bonitos ojos mieles cerca de mi, con mis sentimientos más que claros

— Luces muy hermosa —me dijo King acariciando mi mejilla —. ¿Vas a alguna fiesta o algo así?

– papá se casa

— ya veo —dijo entrelazando nuestros dedos —. Espera... se casa con la alta esa ¿no?... ¿Martina?

— Margaret —le corregí —. ¿La conoces?

— se me insinuó varias veces, siempre me negué, ni siquiera sé cómo hacía para siempre conseguir mi número

Fruncí mi ceño

— ¿esa maldita zorra se te insinuó?

— Princesa ... no alces la voz que me duele

— lo siento. Es solo que ... me cuesta aceptar que esa maldita será mi madrastra

— ven acá — dijo jalándome del brazo para abrazarme —. Todo va a estar bien... Te amo

— lo sé —dije besando sus labios —. También te amo

Reí cuando sentí su mano deslizarse por todo mi cuerpo hasta llegar a mi trasero y darle un apretón

— Ya quiero ir a casa

— Servicio de niñeras Helbram —el mejor amigo de mi esposo entró a la habitación—. Me toca cuidar del nene

Asentí, e intenté ponerme de pie pero King me lo impidió

— quédate conmigo

— debo irme ... por el bien de papá

— ¿qué vas a hacer?

— algo que debí hacer desde hace mucho

Helbram me lanzó una pistola la cual bese, y guardé en mi bolsillo

— Descansa amor —bese los labios de King y salí de allí —.

La hija del señor GantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora