Capitulo 5

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--¡Sarah!.—Dijo el psicólogo--. ¿Cómo estás?

Había entrado a mi nueva con Ian, le pregunte a mi madre cuantas clases me quedarían... No conté con que me queda un año de citas con el... Seria verlo tres veces por semana, si, parece exagerado pero es verdad..

--Bien.—Sonreí y me senté--.

--¿Segura?.—Dijo, al parecer noto mi rostro--. Hay tristeza en tus ojos, pero insistes en fingir en que todo esta bien.

--Si.—Dije--.Estoy bien.. Solo bien. La anterior cita me gusto, hablar de música, me encanta..

--Volví a escuchar el tema "Hey Jude", esa canción.—Hiso una pausa--. Esa canción sonó tanto a ti.

--No lo sé.—Reí, el miro mis brazos cortados--. La vida es una estafa te suicidas, o te matas.

--No te lastimes Sarah.—Dijo--. Tu.. eres más que una paciente para mi. ¿Yo que soy para ti?

--No lo se.. ¿Y tu como me ves?.—Dije--.

--Ya lo dije.—miro para otro lado--. ¿Te gustaría que hablemos de mí?

--Me parece bien.—Dije--.Descríbete.

--Un hombre maduro ,débil ,muy débil, con el corazón roto mas de lo normal,int..—le interumpi--.

--¿Con el corazón roto?¿Quién podría romperle el corazón a usted, es realmente guapo?

--Gracias por el cumplido.--¿Qué había dicho?--.

--¿Por qué dijiste que soy mas que una paciente?.—Dije curiosa--.

--No se puede explicar.—Dijo--. No con palabras.

--Expréselo de otra manera.—dije--.

Se acercó hacia mí y tomo mi rostro entre sus manos.

--Eres tan frágil y débil que me dan ganas de cuidar de ti cada día, de tener la oportunidad y el privilegio de poder amarte, besarte, tocarte--.

Su cara estaba tan cerca de la mía que su respiración rosaba mi cabello, hasta que sus labios se posaron en los míos, parecía que estaban hechos a la medida ya que encajaban perfectamente..

Esto no era un sueño y estaba segura de eso..

--Señor.—la psicóloga nos interrumpió ,pero parecio no notar nada ya que tenía los ojos puestos en una hojas--. Termino el tiempo.

Me soltó enseguida, pero luego me miro y me giño un ojo.

--Hasta mañana.—Dijo y sonrió--.

--Chau.—Dije--.

Pase toda la noche pensando en el, el, el y solo el..

*La tarde siguiente*

--Bienvenida.—Dijo sonriendo--.

--Hola.—sonreí--.

Estaba tan nerviosa que rasguñaba una de mis heridas en mis brazos..

--¿Cómo estás?.—Sonrió, pero por alguna razón su cara se transformó en una de horror--. ¡Estas sangrando!

Había abierto la herida y la sangre salía a chorros el corrió por un trapo pero ya era tarde había perdido la conciencia.¿Por qué tenía que arruinar todo siempre?

 Él Ángel de la suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora