--¡Sarah!.—Dijo el psicólogo--. ¿Cómo estás?
Había entrado a mi nueva con Ian, le pregunte a mi madre cuantas clases me quedarían... No conté con que me queda un año de citas con el... Seria verlo tres veces por semana, si, parece exagerado pero es verdad..
--Bien.—Sonreí y me senté--.
--¿Segura?.—Dijo, al parecer noto mi rostro--. Hay tristeza en tus ojos, pero insistes en fingir en que todo esta bien.
--Si.—Dije--.Estoy bien.. Solo bien. La anterior cita me gusto, hablar de música, me encanta..
--Volví a escuchar el tema "Hey Jude", esa canción.—Hiso una pausa--. Esa canción sonó tanto a ti.
--No lo sé.—Reí, el miro mis brazos cortados--. La vida es una estafa te suicidas, o te matas.
--No te lastimes Sarah.—Dijo--. Tu.. eres más que una paciente para mi. ¿Yo que soy para ti?
--No lo se.. ¿Y tu como me ves?.—Dije--.
--Ya lo dije.—miro para otro lado--. ¿Te gustaría que hablemos de mí?
--Me parece bien.—Dije--.Descríbete.
--Un hombre maduro ,débil ,muy débil, con el corazón roto mas de lo normal,int..—le interumpi--.
--¿Con el corazón roto?¿Quién podría romperle el corazón a usted, es realmente guapo?
--Gracias por el cumplido.--¿Qué había dicho?--.
--¿Por qué dijiste que soy mas que una paciente?.—Dije curiosa--.
--No se puede explicar.—Dijo--. No con palabras.
--Expréselo de otra manera.—dije--.
Se acercó hacia mí y tomo mi rostro entre sus manos.
--Eres tan frágil y débil que me dan ganas de cuidar de ti cada día, de tener la oportunidad y el privilegio de poder amarte, besarte, tocarte--.
Su cara estaba tan cerca de la mía que su respiración rosaba mi cabello, hasta que sus labios se posaron en los míos, parecía que estaban hechos a la medida ya que encajaban perfectamente..
Esto no era un sueño y estaba segura de eso..
--Señor.—la psicóloga nos interrumpió ,pero parecio no notar nada ya que tenía los ojos puestos en una hojas--. Termino el tiempo.
Me soltó enseguida, pero luego me miro y me giño un ojo.
--Hasta mañana.—Dijo y sonrió--.
--Chau.—Dije--.
Pase toda la noche pensando en el, el, el y solo el..
*La tarde siguiente*
--Bienvenida.—Dijo sonriendo--.
--Hola.—sonreí--.
Estaba tan nerviosa que rasguñaba una de mis heridas en mis brazos..
--¿Cómo estás?.—Sonrió, pero por alguna razón su cara se transformó en una de horror--. ¡Estas sangrando!
Había abierto la herida y la sangre salía a chorros el corrió por un trapo pero ya era tarde había perdido la conciencia.¿Por qué tenía que arruinar todo siempre?
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Él Ángel de la suicida
RomanceSu luz me salvo El me ayudo cuando nadie más lo hacía, cuando nadie más entendía Cuando lo conocí, mis noches se volvieron más cortas. Mi música más pasiva Mis comidas más grandes. Mis mangas más cortas. Mi corazón sano, mientras que el de él se rom...