Capitulo 10

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–¡¿Que haces?! –Dije apartándome de el–. Suéltame.

–Lo siento –Respondió–. Pero, Sarah tu me gustas.

–A mi no me gustas Paul, realmente lo siento –Dije–. Ademas, nos conocemos hace muy poco.

–Losé –Dijo acercándose mas a mi–. Dejame hacerlo una vez más.

–Suéltame –Seguía diciendo pero al parecer el ignoraba completamente mi palabra–.

Me había olvidado que nos encontrábamos en la vuelta al mundo, pues me había parado lo que estaba completamente prohibido y ademas había agitado demasiado el carro que ya me había mareado.

–Suéltame –Dije zafándome de su agarré–.

Intento tomar mi brazo pero me negué de eso, había apoyado mi espalda al lado de la puerta tratando de estar lejos de el.
Por ultima vez intento tomar mi rostro y esto provocó que cayera al vacío, solo escuchaba los gritos horrorizados de la gente y luego mi cuerpo chocar contra el pavimento, lo demás fue historia.

Desperté en mi habitación, parecía un día como cualquier otro. Recordé el sueño que había tenido con Paul, realmente fue un extraño sueño, revise mi celular y revive mis fotos... Lo que vi me dejo perpleja, una foto de Paul y mía en la vuelta al mundo.

Salte de mi cama nerviosa y recordé el sonido que hizo mi espalda al chocar con el pavimento, esto provocó que se me erizará la piel. Fui directamente al espejo de cuerpo completo que tenia en una esquina de mi cuarto, me puse de espaldas y subí mi remera, tenia una cicatriz que me llegaba desde el cuello hasta la mitad de mi espalda. ¿Que me había causado eso? ¿Podría ser?.

– Si –Ian me interrumpió los pensamientos, el estaba detrás de mi–. Lo que tu crees que soñaste fue verdad, no me hiciste caso Sarah, aunque no se porque te pido que te alejes de Paul si se que lo vas a hacer.

–Lo siento –Dije, el parecía dolido–. ¿Ian que sucedió?

–Casi mueres –Miro hacia abajo–. Te salve.

–Lo lamento –Fui a su dirección y lo abrasé, algo que el correspondió–.

–Sarah –Hizo una pausa–. Yo..

–¿Que sucede Ian?

–Te amo. –Dijo–. Mas que a mi vida.

–Yo tambien –Dije, el me sonrió –. Te amo.

–Mi vida, prométeme algo –Dijo–.

–Depende de lo que sea –Respondí–.

–No te acerques a Paul –Su rostro se torno un tanto triste y su mirada lo confirmaba–. No quiero que te hagan daño.

Tomo mi rostro entre sus manos, el tacto con su suave piel me tranquilizaba. ¿Que hice para que alguien como el me ame?

–Tranquilo –Confirme–. No lo haré.

Mi celular comenzó a vibrar, había recibido una llamada de una supuesta ID bloqueada.

–Debe ser el. –Ian cerro con fuerza sus puños, parecía enojado.–. Debo irme Sarah, ten cuidado.

–Esta bien –Sonreí–.

La idea de ponerme a ver videos en internet tan solo me aburría, hice algo que hace mucho no se hacía en esta casa, encender la televisión. Me sorprendió que esta anduviera ya que hacía mucho no se encendía.
Pasaba y pasaba canales, ninguno de los títulos llamaba me atención y no me gustaba ver películas que ya habían comenzado, me era tenso. Seguí así hasta que por un buen rato una noticia captó finalmente mi atención.

"Anoche en la feria estatal, lo que debería ser una noche feliz y divertida se convirtió en una de asombro y duda. Lo que ocurrió fue que una adolescente, aún no identificada, supuestamente resbaló de el conocido juego «La vuelta al mundo»"

–Soy yo –Murmuré–.

"Eso no es todo, cuando la adolescente se encontraba a metros del piso, un extraño ser zafó su estampé contra el suelo, pasando solo segundos. Como se ven en las siguientes imágenes que un ciudadano pudo captar, aún no se sabe que era exactamente ese ser, pero lo llamamos el Angel Guardián. Aun se desconoce el paradero de la joven..."

En el video se podía ver como caía y algo me atrapaba entre sus brazos, llevándome rápidamente hacía otra dirección. Esa cosa en su espalda tenia algo que parecían ser alas. Apague en seguida el televisor y seguí como si nada hubiera pasado.

Mi estomago comenzaba a rugir, este obviamente me reclamaba comida. Recordé mi última visita al doctor y este me dijo que me tenia que alimentar un poco mejor, no era porque me gustaba la idea de ser delgada, pues ya lo era, sino que era demasiada desordenada con mis comidas y horarios, mejor dicho desordenada con mi vida.
 Tan desordenada que se me había olvidado que mañana sería 23 de agosto, una supuesta gran fecha para mi, mi cumpleaños. Sin mas preámbulos decidí ir a la tienda para reponer la nevera que estaba vacía.

Todo en el camino fue bien, mis temores de encontrarme con Paul se hacían menores cada vez que me faltaba menos para la tienda. Todo transcurrió genial en la ida, ya había comprado y solo me restaba volver a casa, acaba de pisar el pavimento de la calle y mis temores volvieron.
Apure el paso cuando sentia que me seguían, hasta que sentí que alguien me tomo del brazo.

–Sarah dejame explicarte –Dijo Paul–.

–Dejame –Devuelta me había safado de su agarre–.

–Pues no me queda otra salida –Dijo al mismo tiempo que me empujaba a la calle–.

Un autobús se acercaba para lo que parecía mi muerte, cada segundo se acercaba mas a mi.

el conductor trataba de parar pero parecía que el freno se habla roto.

Cerré los ojos y los gritos de la gente volvieron, no sentí nada abrí mis ojos y me encontraba... ¿En el aire? Pude ver unas alas, enormes alas por encima de mi. Miré a mi izquierda y me encontré con Ian. Era un ángel, mi Ángel.

–¿Que eres? –El me miro–.

–La persona que mas te ama y te protege de este frío mundo que solo intenta matarte. –Dijo–.

 Él Ángel de la suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora