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Le estaba apostando él todo o nada, si el sujeto que tenía al frente era igual de poderoso que Gojo. Usar el enjambre de conejos para escapar sería una pérdida de tiempo. Al igual que nue, sabía con certeza de que no le costaría nada ser alcanzado por su oponente. En el tiempo de su entrenamiento, se estuvo informando sobre la técnica de las 10 sombras, shikigamis para todo tipo de situaciones. Escoger la correcta determinaría su victoria y si sobrevivía o no.

Tanto los perros, la serpiente, los sapos, nue y los conejos eran totalmente inservibles. El elefante máximo no era una opción, pues pese a que es fuerte, desconocía si la técnica maldita de su rival sería afectada por una absurda cantidad de agua. Necesitaba algo tanto ofensivo como defensivo y que fuera difícil de matar.

Y aquí su segunda opción: el ciervo Madoka, que es capaz de sanar y sanarse así mismo usando las técnicas malditas inversas, así también es capaz de eliminar la energía maldita de otra persona u objetos. Era simplemente perfecto, solo que había otro problema y uno muy grande, y es que no estaba domesticado aún, lo que conllevará a que lo ataque a el primero.

Retrocedió unos pasos, dio una plegaría a los cielos para que Gojo lo encuentre rápido, posicionó sus manos dando la imagen de un ciervo. El hombre de la túnica lo miraba extrañado por la posición que tomó el menor. Era claro que sabía sobre las 10 sombras, pero no sabía sobre las habilidades que poseía cada Shikigami individualmente.

-Vamos, vamos, no te asustes...no pienso lastimarte.- dijo esbozando una sonrisa.

-Déjame ir.- sentenció.

-Lamento decirte esto, pero eso no será posible, eres indispensable para lograr mi objetivo.-

-Qué objetivo? ¿Tratas de lastimar al señor Gojo?- preguntó ahora más preocupado que antes.

-Lastimarlo? No, no, no...yo jamás lo lastimaría, después de todo, él y yo somos mejores amigos.- aquellas últimas palabras descolocaron al azabache, pues el albino nunca le mencionó un mejor amigo.

-¡Mient-Mientes! -

-Nos conocemos de hace años, solo que últimamente nos distanciamos por ideales diferentes. Estoy seguro de que tú me entenderías.- tenía las manos arriba como forma de decir que no era una amenaza.

-¿Qué quieres decir?- Estaba claro que Megumi no entendía ni una palabra de lo que el tipo en cuestión decía.

-Antes yo me esmeraba en proteger a los débiles, asegurarme de que las maldiciones no les hicieran daño, pero ¿qué ganaba yo con eso? Todos los días de mi existencia en la academia de hechicería me la vivía ingiriendo esas horribles cosas, no recibía un agradecimiento por mi trabajo y mucho menos un consuelo. Pero claro, todos aquellos que salvé, no eran más que un montón de desagradecidos, sobre todo tu padre.- Dichas acusaciones no hicieron más que darle un mal sabor de boca al menor.

-Conoces a mi papá?- preguntó ingenuamente.

-¿Qué si lo conozco? pues claro, ese mono estuvo a punto de matarnos a Satoru y a mí, además de que asesinó a una amiga nuestra, solo por dinero. Él me hizo darme cuenta de que proteger a esa gente insignificante no traía más que desgracias a mi vida.-

-¿Papá lastimó al señor Gojo?- esto era demasiado para una persona y más para un niño de 11 años.

-Bueno, al final Satoru acabó con su miserable existencia y no nos olvidemos de que fue a buscarte solo para borrar su legado de la historia. Lástima que terminaste siendo su otro extremo del hilo. De no ser así, estoy seguro de que en ese mismo momento te hubiera matado de la misma manera que lo hizo con tu padre.- Geto no mentía, pero decirlo de una maneta tan cruda a un niño, decirle que la persona que ama lo quería matar, que solo está vivo por el lazo, que solo lo quiere por el lazo que los une.

Lágrimas rojas     [GoFushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora