12

479 57 13
                                    

Había pasado al rededor de dos horas desde que Satoru abandonó el edificio, estaba preocupado por Tsumiki, pero sabía mejor que nadie que el departamento en donde vivían era más que seguro, protegido por una barrera que el mismo Gojo había puesto, es imposible que alguna maldición entrara, también estaba oculta a los hechiceros malignos.

Suguru Geto...no entendía muy bien que pasaba por la cabeza de ese hombre, hace tiempo tuvo una pequeña charla con él, la cual terminó muy mal, sabía que tenía relación con su padre, que fue el detonante para ese comportamiento, sin embargo... ¿Por qué él? del más cuerdo del grupo ¿Por qué fue el único en descarriarse? no lo comprendía.

Aprovechó el tiempo a solas para darse una ducha, recorrer el piso y mirar por los grandes ventanales, el lugar estaba protegido por una barrera puesta por Gojo, estaba completamente seguro.


--..____________________________..--


Creo que ha Gojo se le pasó por alto a las personas con restricciones celestiales, como dicen por ahí, de los errores se aprenden, pero hay tercos que no quieren aprender.

Ni las personas nacidas con aquella maldición y mucho menos las armas bélicas, tenían restricción alguna al tratarse de barreras creadas con hechicería.

En el momento que Satoru estuvo lo suficientemente lejos del edificio, dos personas, 'seguidoras' de la secta del cual Geto era líder, se adentraron al lugar, colocaron explosivos en los pilares y bases importantes de la construcción, solo hacía falta una orden y el lugar volaría en pedazos.

Una orden y todo se iría abajo...
.
.
.

-No estoy dispuesto a negociar Satoru.- mencionó el azabache.

-Y me lo dices a mi...mira no estoy de humor para tus estupideces, acabas de molestar en un momento muy importante.- se sentía la ira en le aire.

-Dime ¿Lo quieres mucho?- su pregunta sonó casi como una burla.

-¿Eh, de que hablas?-

-El muchacho, Megumi.- la sola mención del nombre del menor en labios del que casi fue su asesino, hacía que un escalofrío recorriera todo su cuerpo.

-El no tiene nada que ver con esto.- ahora se había puesto a la defensiva. 

-Como ya te dije antes, no estoy dispuesto a negociar.- de su túnica sacó un pequeño comunicador. -Pero al tratarse de ti, puedo hacer una excepción.- 

Esto no le gustaba, una sensación espantosa se alojaba en su columna y por alguna razón estaba muy nervioso.

-Le diste la orden de no salir de ese piso ¿verdad?- pudo sentir que su alma abandonó este plano terrenal.

-Maldito, como te atreves... - se estaba preparando para regresar por Megumi.

-Si mueves un músculo más, el edificio volará en pedazos. - estaba contra la espada y la pared.

"Mierda mierda mierda mierda! Megumi no puede usar hechicería dentro de mi barrera, carajo!" Miraba atentamente al hombre frente suyo, al que una vez llamo 'mi único mejor amigo' sosteniendo en sus manos la vida de la persona más importante que tiene.

-Geto...no hagas una estupidez, si algo le sucede a Megumi, ten por seguro de que no tendré piedad, ni contigo, ni con tus aliados y mucho menos con esas niñas. - la sola mención de las menores hizo que el de cabellera negra carraspeara.

-Satoru, yo solo quiero crear un mundo mejor, libre de maldiciones, en dónde todos nosotros podamos vivir plenamente. Dime...acaso ese no es el mundo en dónde quieres vivir con él? - pregunto cínicamente.

-Tientas contra su vida y aún así tienes el descaro de decir que quieres crear un mundo seguro?! No me hagas reír! - cada segundo que pasaba era una tortura para el albino, se sentía impotente, tenía en su delante a la persona que podría arrebatarle su luz y no podía hacer nada.

-Solo necesito de tu poder para hacer ese sueño realidad y entonces tú podrás vivir en paz con él. Piénsalo Satoru, no más maldiciones, no más peligros, no más trabajo, vivir en paz con la persona que amas. -

-Todo lo que me ofreces se oye bien, pero él también tiene personas a quienes ama que formarán parte de tu número de bajas. No voy a permitir que sufra ni que me odie por aceptar tal atrocidad. -

-Lo llamas atrocidad? Satoru no engañas a nadie, a ti no te importa en lo más minino la vida de las personas, ni si quiera la de esa chica, la única vida que realmente aprecias es la que tengo entre mis manos y sé que no estás dispuesto a perderla...por sobre todas las cosas. - sí, había dado en el clavo.

Si aceptaba su propuesta, salvaría la vida de Megumi, sin embargo Tsumiki... entonces Megumi sufriría las consecuencias.

"Y si digo que acepto y luego lo traiciono? No, él no es estúpido, de seguro me obligará a hacer un pacto para tener garantía de mi ayuda, mierda, ¿Por qué todo es tan complicado?"

-Escucha Satoru, no tengo todo el día para que decidas, si o no? - su mano sujetaba juguetonamente el pequeño dispositivo del cual el albino no apartaba la vista.

-Yo...está bien. - "Lo siento Megumi"

Una enorme sonrisa fue dibujada en el rostro del azabache, su cometido, su sueño, su anhelo por fin se cumplirá y de la mano del mismísimo Satoru Gojo, el hechicero más fuerte ahora está a su Merced, suplicando por la vida de su amado.

-Muy bien, pero antes, porque no hacemos un pacto? No queremos incidentes, bien déjame pensar en como te lo voy a prop-... -

-No quiero que vuelvas a tentar contra la vida de Megumi o siquiera pensar en hacerle daño... - interrumpió mientras sentenciaba su parte del contrato.

Perdóname Megumi...

-Bien bien, en ese caso, tu deberás seguir al pie de la letra mis órdenes para el exterminio de lo-... - en un movimiento rápido se apartó del lugar, esquivando por poco un ataque del peliblanco. -Idiota! Tratabas de matarme mientras hacíamos el contrato!? Después de que el muera solo será cuestión de tiempo para que tú también lo hagas. - presionó el botón soltando un grito 'AHORA!'.

El rugido atronador de la explosión desgarró el aire, y un brillo cegador se extendió como un latigazo de luz que silenciaba hasta el último respiro. A kilómetros de distancia, la onda expansiva sacudía la tierra, y el cielo se oscurecía bajo una serpiente de humo que ascendía implacable.

El majestuoso edificio, otrora símbolo de grandeza, yacía reducido a un caos de escombros ardientes y acero retorcido, convertido en la tumba de sueños perdidos. No quedó nada, salvo el hedor acre de carne calcinada que se propagaba como un veneno en el aire. Los gritos se mezclaban con el eco sordo del desastre, mientras un manto de polvo opresivo cubría todo, asfixiando la esperanza y devorando cada rincón del lugar.

.


.


.


_____________________________

Hola mi gente, volví, no es que me haya olvidado de ustedes, bueno tal vez un poquito si, es que la u me esta tratando como perro, manda y mandan trabajos como si uno no durmiera.

A demás, pues digamos que me he estado desviando por ahí, con el estreno de la misión de los 100 años de Fairy Tail, que por cierto re fan que soy, desde la cuna, mi emoción no se pudo contener y volví a mi yo pequeño que leía fanfics nalu (ya háganlo canon).

Pues ahí se fue mi tiempo, pero gracias a los comentarios me acordé que tenía una historia pendiente por escribir.

Lágrimas rojas     [GoFushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora